ORLANDO VIERA-BLANCO | RUNRUNES
No es la primera vez. Lo vivió Rosales. Lo enrostró Leopoldo López. Lo encaró María Corina Machado, Capriles y Antonio Ledezma. La amenaza. El asecho. Es jugársela o no por la dignidad y por la libertad. Para un líder político la demostración de su voluntad de sacrificio, pasa por enfrentar estos dilemas. Asumir la represión a riesgo de no obtener reacción de las masas o lanzarse al exilio o la clandestinidad, a riesgo de quedar solo y aislado. En definitiva inmolarse es un acto hidalgo, que no pocos tildan con ingratitud “un tonto más que se dejó agarrar”. CLIC AQUI para seguir leyendo...
Recibe nuestras actualizaciones por E-Mail. SUSCRÍBETE GRATIS AQUI
Twittear |
No hay comentarios:
Publicar un comentario