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EUGENIO G. MARTÍNEZ
En Twitter: @puzkas
eluniversal.com/l
La "carrera" presidencial de la oposición comienza con 12 precandidatos presidenciales: Henrique Capriles Radonski, Pablo Pérez, Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma, César Pérez Vivas, Oswaldo Álvarez Paz, Eduardo Fernández, Diego Arria, Juan Carlos Sosa Aspúrua, Cecilia Sosa y Pablo Medina (probablemente al momento de publicarse este texto otros nombres estarán engrosando esta lista).
¿Por qué tantos se atreven hoy si en el año 2006 apenas cuatro estaban dispuestos a perder contra el presidente Hugo Chávez? Existe una razón básica para esta proliferación de "presidenciales". Por primera vez -a un año de un proceso electoral- los estudios de opinión pública demuestran que en un enfrentamiento directo entre Chávez y un candidato de oposición electo en primarias, el jefe del Estado obtendría 31% y su contendor 32% (es decir, existe empate técnico si se considera que estos resultados poseen un error muestral de +/-2,61%).
Obviando el caso de Sosa Aspúrua (que no se medirá en primarias) el resto de precandidatos parece hacer frente común (directa o indirectamente) en contra de la aspiración del gobernador del estado Miranda. ¿Inusual? En lo absoluto.
Es normal que el resto de aspirantes intenten "bajar" a Capriles Radonski, o no tendría sentido hacer primarias para escoger al candidato presidencial de la oposición.
Con una intención de voto cercana a 40% para las primarias (según Datanálisis) el reto del gobernador de Miranda ya no es crecer, sino mantenerse.
Una tarea muy distinta a la que tiene el gobernador del estado Zulia. El reto de Pérez es lograr crecer, restándole votos a Capriles Radonski en su mercado natural.
Por esta razón no debe extrañar que convocara a Leopoldo López a formar parte de su gabinete de campaña como vicepresidente. Incluso, es probable que el bloque socialdemócrata (UNT y AD a la cabeza) utilice la candidatura de María Corina Machado para restarle apoyo al gobernador de Miranda en zonas y segmentos de la población muy específicos.
No la tiene sencilla Capriles Radonski. Si Luis Miquelena fue el "padre" de la estrategia presidencial de Hugo Chávez en 1998, Teodoro Petkoff asume ese rol en la candidatura de Pablo Pérez.
No existen indicios de que el sector de la MUD en el que influye Petkoff esté dispuesto a permitir que Capriles Radonski se mantenga como primera opción electoral de la oposición, especialmente por las descalificaciones que -en privado- suelen realizar del Gobernador.
Por los argumentos que se esgrimen para descalificar la aspiración presidencial de Capriles Radonski se puede inferir que un sector de la oposición ve su futuro político peligrar con el gobernador del estado Miranda asumiendo la banda presidencial (temor que también les genera Leopoldo López) y se sienten más cómodos suponiendo que el gobernador del Zulia tomará el control de la silla presidencial.
En un juego en el que la estrategia inicial es "dejar solo" a Capriles Radonski, Podemos, la Causa R y PPT y el gobernador del estado Lara, Henry Falcón, serán vitales.
El gobernador del estado Miranda necesita cuanto antes recibir el apoyo de un sector de la izquierda que hace vida en la oposición, especialmente del liderazgo de Falcón si quiere romper la estrategia de aislarlo.
Necesita Capriles Radonki -como también lo requiere Pérez- que el gobernador del estado Lara les sirvan como "puente" al chavismo. La postura que asuma Falcón en las próximas semanas será un indicador importante de las tendencias que podrían reflejar los estudios de opinión pública.
En el juego de ajedrez en que se están convirtiendo las primarias presidenciales del 12 de febrero -¿sería conveniente comenzar a preguntarse si habrá elecciones de base para otros cargos?- la Causa R, Podemos, PPT y especialmente el gobernador Falcón serán las piezas que servirán para entender la estrategia y opciones de cada candidatura.
Eso sí, el juego de ajedrez que se está desarrollando en este momento podría perder sentido si las primarias -como supone Consultores 21- registran una participación superior a los 4 millones de electores.
Con una movilización espontánea de esa magnitud, el voto inducido por los bloques y acuerdos partidistas podría perder impacto, beneficiándose el liderazgo más reconocido entre los votantes, aunque no necesariamente respaldado por la mayoría de los partidos.
Una advertencia: el cálculo que muchos líderes políticos realizan puede tener sentido mientras Leopoldo López no se consolide en las encuestas. Si el exalcalde de Chacao comienza a crecer a partir de la sentencia de la Corte-IDH el tablero deberá reevaluarse.
emartinez@eluniversal.com
En Twitter: @puzkas
eluniversal.com/l
La "carrera" presidencial de la oposición comienza con 12 precandidatos presidenciales: Henrique Capriles Radonski, Pablo Pérez, Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma, César Pérez Vivas, Oswaldo Álvarez Paz, Eduardo Fernández, Diego Arria, Juan Carlos Sosa Aspúrua, Cecilia Sosa y Pablo Medina (probablemente al momento de publicarse este texto otros nombres estarán engrosando esta lista).
¿Por qué tantos se atreven hoy si en el año 2006 apenas cuatro estaban dispuestos a perder contra el presidente Hugo Chávez? Existe una razón básica para esta proliferación de "presidenciales". Por primera vez -a un año de un proceso electoral- los estudios de opinión pública demuestran que en un enfrentamiento directo entre Chávez y un candidato de oposición electo en primarias, el jefe del Estado obtendría 31% y su contendor 32% (es decir, existe empate técnico si se considera que estos resultados poseen un error muestral de +/-2,61%).
Obviando el caso de Sosa Aspúrua (que no se medirá en primarias) el resto de precandidatos parece hacer frente común (directa o indirectamente) en contra de la aspiración del gobernador del estado Miranda. ¿Inusual? En lo absoluto.
Es normal que el resto de aspirantes intenten "bajar" a Capriles Radonski, o no tendría sentido hacer primarias para escoger al candidato presidencial de la oposición.
Con una intención de voto cercana a 40% para las primarias (según Datanálisis) el reto del gobernador de Miranda ya no es crecer, sino mantenerse.
Una tarea muy distinta a la que tiene el gobernador del estado Zulia. El reto de Pérez es lograr crecer, restándole votos a Capriles Radonski en su mercado natural.
Por esta razón no debe extrañar que convocara a Leopoldo López a formar parte de su gabinete de campaña como vicepresidente. Incluso, es probable que el bloque socialdemócrata (UNT y AD a la cabeza) utilice la candidatura de María Corina Machado para restarle apoyo al gobernador de Miranda en zonas y segmentos de la población muy específicos.
No la tiene sencilla Capriles Radonski. Si Luis Miquelena fue el "padre" de la estrategia presidencial de Hugo Chávez en 1998, Teodoro Petkoff asume ese rol en la candidatura de Pablo Pérez.
No existen indicios de que el sector de la MUD en el que influye Petkoff esté dispuesto a permitir que Capriles Radonski se mantenga como primera opción electoral de la oposición, especialmente por las descalificaciones que -en privado- suelen realizar del Gobernador.
Por los argumentos que se esgrimen para descalificar la aspiración presidencial de Capriles Radonski se puede inferir que un sector de la oposición ve su futuro político peligrar con el gobernador del estado Miranda asumiendo la banda presidencial (temor que también les genera Leopoldo López) y se sienten más cómodos suponiendo que el gobernador del Zulia tomará el control de la silla presidencial.
En un juego en el que la estrategia inicial es "dejar solo" a Capriles Radonski, Podemos, la Causa R y PPT y el gobernador del estado Lara, Henry Falcón, serán vitales.
El gobernador del estado Miranda necesita cuanto antes recibir el apoyo de un sector de la izquierda que hace vida en la oposición, especialmente del liderazgo de Falcón si quiere romper la estrategia de aislarlo.
Necesita Capriles Radonki -como también lo requiere Pérez- que el gobernador del estado Lara les sirvan como "puente" al chavismo. La postura que asuma Falcón en las próximas semanas será un indicador importante de las tendencias que podrían reflejar los estudios de opinión pública.
En el juego de ajedrez en que se están convirtiendo las primarias presidenciales del 12 de febrero -¿sería conveniente comenzar a preguntarse si habrá elecciones de base para otros cargos?- la Causa R, Podemos, PPT y especialmente el gobernador Falcón serán las piezas que servirán para entender la estrategia y opciones de cada candidatura.
Eso sí, el juego de ajedrez que se está desarrollando en este momento podría perder sentido si las primarias -como supone Consultores 21- registran una participación superior a los 4 millones de electores.
Con una movilización espontánea de esa magnitud, el voto inducido por los bloques y acuerdos partidistas podría perder impacto, beneficiándose el liderazgo más reconocido entre los votantes, aunque no necesariamente respaldado por la mayoría de los partidos.
Una advertencia: el cálculo que muchos líderes políticos realizan puede tener sentido mientras Leopoldo López no se consolide en las encuestas. Si el exalcalde de Chacao comienza a crecer a partir de la sentencia de la Corte-IDH el tablero deberá reevaluarse.
emartinez@eluniversal.com
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