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“ Los candidatos deben entender que ya no queremos mesías, que el trabajo debe ser de equipos y en equipos”
Gerónimo Figueroa Figuera
Geron2ff@yahoo.com
nuevaprensa.web.ve
Con los 12 años de mesianismo que han pasado y los dos que están por venir, es más que suficiente para que los venezolanos hagamos un poco de reflexión sobre lo que queremos que sea nuestro futuro y que país estamos obligados a dejarle a nuestros hijos y a nuestros nietos, el cual debe ser mejor al recibido de nuestros padres y nuestros abuelos.
Es necesario que para las elecciones de 2012 prive el interés nacional y no los intereses particulares y grupales. Los aspirantes a la candidatura presidencial por la mesa de la Unidad Democrática deben tener claro que el enemigo a vencer está en Miraflores y no en ninguna precandidatura que se mueva en la misma línea de la alternativa Democrática.
En la precampaña deben utilizar un discurso basado en los problemas que afectan a todos los venezolanos y las propuestas bien claras para resolverlos. No deben caer en descalificaciones desleales que no puedan recoger cuando tengamos que salir todos juntos con el candidato unitario. Es bastante difícil recoger algo duro que digamos contra otro compañero y luego tenerlo a nuestro lado caminado por Venezuela pidiendo el voto para la misma causa.
Venezuela está tan deteriorada, son tantos problemas en los servicios públicos, que los venezolanos no quieren escuchar ofensas entre unos y otros, como si se tratara de perros y gatos, tal como dice el viejo refrán criollo. La inseguridad, los apagones, el desempleo, alto costo de la vida, hospitales y escuelas sin recursos, carreteras destrozadas y la alta corrupción que prácticamente se ha hecho política de estado, son más que suficientes para armar un discurso, antes que caer en la bajeza de descalificar al compañero.
Asi como digo que debe haber respeto entre adversarios transitorios, también digo que es importante el comportamiento que debe tener cada precandidato de la Mesa Unitaria en todos los niveles. Sabemos que somos humanos y como tales estamos expuestos a cometer errores, sin embargo, es necesario que tomen algunas previsiones en beneficio de su propia persona y el triunfo que buscamos todos los demócratas de este país.
Un candidato para cualquier cargo de elección popular debe tener mucha CREDIBILIDAD y CONFIANZA. El discurso y el programa pueden ser muy buenos, pero si la gente no les cree y no les tiene confianza, deben olvidarse de los votos, por lo tanto es importante hacer realidad esas dos palabritas. Los candidatos deben entender que ya no queremos mesías, que el trabajo debe ser de equipos y en equipos. En este sentido es importante, no solo el comportamiento del candidato, sino el de sus acompañantes. Hay que tener mucho tino con los integrantes del equipo, porque eso forma parte de la imagen y la confianza que pueda generar el candidato para la gente.
El candidato puede ser cordial y amigable, pero si tiene acompañantes groseros en su equipo, que pasen frente a la gente sin saludar y casi atropellando a los demás, pueden estar seguro que esa acción se reflejará en el elector, y sin duda, la gente dirá, si ese es el equipo con él se va a gobernar, es mejor no votar, aplicándole el viejo refrán, dime con quién andas y te diré quién eres.
Como dice el refrán, la mujer de Cesar no solo debe serlo, sino parecerlo. Todo aquel acompañante que pueda tener algún comportamiento déspota o cierto olor a corrupción, el candidato debe apartarlo del entorno, porque más que sumar va a restar, es importante que la gente no perciba que la quieren utilizar. Por nuestra parte, apoyaremos al que nos convenza.
Gerónimo Figueroa Figuera
Geron2ff@yahoo.com
nuevaprensa.web.ve
Con los 12 años de mesianismo que han pasado y los dos que están por venir, es más que suficiente para que los venezolanos hagamos un poco de reflexión sobre lo que queremos que sea nuestro futuro y que país estamos obligados a dejarle a nuestros hijos y a nuestros nietos, el cual debe ser mejor al recibido de nuestros padres y nuestros abuelos.
Es necesario que para las elecciones de 2012 prive el interés nacional y no los intereses particulares y grupales. Los aspirantes a la candidatura presidencial por la mesa de la Unidad Democrática deben tener claro que el enemigo a vencer está en Miraflores y no en ninguna precandidatura que se mueva en la misma línea de la alternativa Democrática.
En la precampaña deben utilizar un discurso basado en los problemas que afectan a todos los venezolanos y las propuestas bien claras para resolverlos. No deben caer en descalificaciones desleales que no puedan recoger cuando tengamos que salir todos juntos con el candidato unitario. Es bastante difícil recoger algo duro que digamos contra otro compañero y luego tenerlo a nuestro lado caminado por Venezuela pidiendo el voto para la misma causa.
Venezuela está tan deteriorada, son tantos problemas en los servicios públicos, que los venezolanos no quieren escuchar ofensas entre unos y otros, como si se tratara de perros y gatos, tal como dice el viejo refrán criollo. La inseguridad, los apagones, el desempleo, alto costo de la vida, hospitales y escuelas sin recursos, carreteras destrozadas y la alta corrupción que prácticamente se ha hecho política de estado, son más que suficientes para armar un discurso, antes que caer en la bajeza de descalificar al compañero.
Asi como digo que debe haber respeto entre adversarios transitorios, también digo que es importante el comportamiento que debe tener cada precandidato de la Mesa Unitaria en todos los niveles. Sabemos que somos humanos y como tales estamos expuestos a cometer errores, sin embargo, es necesario que tomen algunas previsiones en beneficio de su propia persona y el triunfo que buscamos todos los demócratas de este país.
Un candidato para cualquier cargo de elección popular debe tener mucha CREDIBILIDAD y CONFIANZA. El discurso y el programa pueden ser muy buenos, pero si la gente no les cree y no les tiene confianza, deben olvidarse de los votos, por lo tanto es importante hacer realidad esas dos palabritas. Los candidatos deben entender que ya no queremos mesías, que el trabajo debe ser de equipos y en equipos. En este sentido es importante, no solo el comportamiento del candidato, sino el de sus acompañantes. Hay que tener mucho tino con los integrantes del equipo, porque eso forma parte de la imagen y la confianza que pueda generar el candidato para la gente.
El candidato puede ser cordial y amigable, pero si tiene acompañantes groseros en su equipo, que pasen frente a la gente sin saludar y casi atropellando a los demás, pueden estar seguro que esa acción se reflejará en el elector, y sin duda, la gente dirá, si ese es el equipo con él se va a gobernar, es mejor no votar, aplicándole el viejo refrán, dime con quién andas y te diré quién eres.
Como dice el refrán, la mujer de Cesar no solo debe serlo, sino parecerlo. Todo aquel acompañante que pueda tener algún comportamiento déspota o cierto olor a corrupción, el candidato debe apartarlo del entorno, porque más que sumar va a restar, es importante que la gente no perciba que la quieren utilizar. Por nuestra parte, apoyaremos al que nos convenza.
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