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Con sentido de responsabilidad y ética, sí podremos llevar a cabo las primarias que merecemos
Luis Homes Jiménez
laverdad.com
La MUD ha anunciado que tendremos primarias para la selección del candidato presidencial opositor que enfrentará a Chávez en el 2012. Este es un gran paso, aunque no el más importante.
Anunciadas las primarias, destaquemos su importancia. En primer lugar este proceso legitimara los liderazgos de los gobernadores de oposición y los proyectará a nivel nacional, preparando las figuras de la Venezuela post-totalitaria. Independiente de quienes salgan al ruedo, ya son precandidatos Pablo Pérez, Henrique Capriles, César Pérez Vivas y Antonio Ledezma. Leopoldo López (hoy inhabilitado) y quien será una gran piedra en el zapato para todos, porque ya se está preparando para el inicio del juicio de la CIDH en contra del Estado venezolano.
Las primarias nos servirán en segundo lugar para motivar la participación del mundo opositor y "calentar los motores" para el 2012. Quien de allí salga electo, ya tienen un "piso mínimo" de votos con el que podrá contar para arrancar su campaña. Estos votos le pertenecerán 100 por ciento al candidato, pero además se sumará el voto de los demás candidatos perdedores y de la inmensa mayoría que, aún no participando en las primarias, apoyaría una opción anti Chávez.
En tercer lugar, las primarias nos deberían oxigenar el discurso político, para quitar esa pesada modorra que nos deja el Presidente con su bla, bla, bla. Acá hace falta algo que enamore al electorado y, si bien es cierto que esta parte tiene mucho de márquetin político, también es cierto que tiene que ver con la conexión que logre el candidato, con su actitud positiva y su deseo de marcar una agenda renovadora, un mensaje de esperanza, fe y transformación en el país.
Por último, tendremos la oportunidad de hacer un gran ejercicio de pedagogía política, de respetarnos en la diversidad, de hacer una jornada auténticamente democrática para la selección de alguien que sea capaz de representar a la mitad del país, sin que sienta el desprecio por la otra mitad y que por el contrario, sienta que puede ser la punta de lanza de un cambio que nos represente a todos. Con sentido de responsabilidad y ética, sí podremos llevar a cabo las primarias que merecemos.
Con sentido de responsabilidad y ética, sí podremos llevar a cabo las primarias que merecemos
Luis Homes Jiménez
laverdad.com
La MUD ha anunciado que tendremos primarias para la selección del candidato presidencial opositor que enfrentará a Chávez en el 2012. Este es un gran paso, aunque no el más importante.
Anunciadas las primarias, destaquemos su importancia. En primer lugar este proceso legitimara los liderazgos de los gobernadores de oposición y los proyectará a nivel nacional, preparando las figuras de la Venezuela post-totalitaria. Independiente de quienes salgan al ruedo, ya son precandidatos Pablo Pérez, Henrique Capriles, César Pérez Vivas y Antonio Ledezma. Leopoldo López (hoy inhabilitado) y quien será una gran piedra en el zapato para todos, porque ya se está preparando para el inicio del juicio de la CIDH en contra del Estado venezolano.
Las primarias nos servirán en segundo lugar para motivar la participación del mundo opositor y "calentar los motores" para el 2012. Quien de allí salga electo, ya tienen un "piso mínimo" de votos con el que podrá contar para arrancar su campaña. Estos votos le pertenecerán 100 por ciento al candidato, pero además se sumará el voto de los demás candidatos perdedores y de la inmensa mayoría que, aún no participando en las primarias, apoyaría una opción anti Chávez.
En tercer lugar, las primarias nos deberían oxigenar el discurso político, para quitar esa pesada modorra que nos deja el Presidente con su bla, bla, bla. Acá hace falta algo que enamore al electorado y, si bien es cierto que esta parte tiene mucho de márquetin político, también es cierto que tiene que ver con la conexión que logre el candidato, con su actitud positiva y su deseo de marcar una agenda renovadora, un mensaje de esperanza, fe y transformación en el país.
Por último, tendremos la oportunidad de hacer un gran ejercicio de pedagogía política, de respetarnos en la diversidad, de hacer una jornada auténticamente democrática para la selección de alguien que sea capaz de representar a la mitad del país, sin que sienta el desprecio por la otra mitad y que por el contrario, sienta que puede ser la punta de lanza de un cambio que nos represente a todos. Con sentido de responsabilidad y ética, sí podremos llevar a cabo las primarias que merecemos.
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