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Los candidatos que se asoman a la palestra pública, incluso los más jóvenes, son gente curtida en la lucha por la democracia
Leonardo Atencio Finol
laverdad.com
Se ha iniciado la carrera por la candidatura de la oposición a las elecciones presidenciales del 2012. Como es natural, han brotado por doquier los aspirantes que piensan capitalizar la mayoría de los votos en las elecciones primarias que probablemente se realicen a finales del 2011, pues la MUD aún no se pronuncia al respecto y señala estar trabajando en la elaboración de la normativa que regirá el proceso democrático de la unidad, sobre la base de la exitosa experiencia lograda en los últimos procesos electorales en los que hemos participado, demostrando que no sólo es posible unificar el sentimiento unitario nacional, sino una necesidad si queremos rescatar el país de las garras del oficialismo que se aferra al poder.
Los candidatos que se asoman a la palestra pública, incluso los más jóvenes, son gente curtida en la lucha por la democracia y las demandas de la población; sin embargo, es pertinente recordar que esas exigencias no están suficientemente discutidas en el debate político -en las "interpelaciones" a los ministros fue sólo un saludo a la bandera- por lo que debe haber un abocamiento a conocer en profundidad y debatir la solución de los problemas que aquejan a todos los venezolanos; a decidir lo que queremos hacer con nuestra sociedad, y no ceder al chantaje de la agenda gubernamental que nos obliga a discutir sobre el sexo de los ángeles; mientras avanza la exposición mediática de la "revolución".
Muchos dirán que el pueblo no come cuentos y tienen razón porque vive en carne propia sus carencias y déficit, pero enredarnos en una discusión ideológica o de lucha insensata por la candidatura, obviando los problemas que afectan a la gente, es también peligroso pues errores de ese tipo fue lo que permitió el ascenso al poder del mago de Barinas. La unidad como medio para proponer un cambio en el estado actual de cosas, a fin de lograr una verdadera democracia y un desarrollo sustentable, es nuestro objetivo. Cualquier otra interpretación es hacerle el juego al oficialismo, desesperado por atornillar en Miraflores al "indispensable".
Los candidatos que se asoman a la palestra pública, incluso los más jóvenes, son gente curtida en la lucha por la democracia
Leonardo Atencio Finol
laverdad.com
Se ha iniciado la carrera por la candidatura de la oposición a las elecciones presidenciales del 2012. Como es natural, han brotado por doquier los aspirantes que piensan capitalizar la mayoría de los votos en las elecciones primarias que probablemente se realicen a finales del 2011, pues la MUD aún no se pronuncia al respecto y señala estar trabajando en la elaboración de la normativa que regirá el proceso democrático de la unidad, sobre la base de la exitosa experiencia lograda en los últimos procesos electorales en los que hemos participado, demostrando que no sólo es posible unificar el sentimiento unitario nacional, sino una necesidad si queremos rescatar el país de las garras del oficialismo que se aferra al poder.
Los candidatos que se asoman a la palestra pública, incluso los más jóvenes, son gente curtida en la lucha por la democracia y las demandas de la población; sin embargo, es pertinente recordar que esas exigencias no están suficientemente discutidas en el debate político -en las "interpelaciones" a los ministros fue sólo un saludo a la bandera- por lo que debe haber un abocamiento a conocer en profundidad y debatir la solución de los problemas que aquejan a todos los venezolanos; a decidir lo que queremos hacer con nuestra sociedad, y no ceder al chantaje de la agenda gubernamental que nos obliga a discutir sobre el sexo de los ángeles; mientras avanza la exposición mediática de la "revolución".
Muchos dirán que el pueblo no come cuentos y tienen razón porque vive en carne propia sus carencias y déficit, pero enredarnos en una discusión ideológica o de lucha insensata por la candidatura, obviando los problemas que afectan a la gente, es también peligroso pues errores de ese tipo fue lo que permitió el ascenso al poder del mago de Barinas. La unidad como medio para proponer un cambio en el estado actual de cosas, a fin de lograr una verdadera democracia y un desarrollo sustentable, es nuestro objetivo. Cualquier otra interpretación es hacerle el juego al oficialismo, desesperado por atornillar en Miraflores al "indispensable".
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