El Presidente ya no puede vender esperanzas

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Será difícil ganarle las elecciones, pero el esfuerzo que el líder de la revolución tendrá que hacer es superior en comparación con todas sus contiendas electorales anteriores. Los expertos explican que “se agotaron los argumentos”


Nailibeth Parra Carvajal
laverdad.com

A Petra Pérez su rancho de lata y piso de arena se le inunda cada vez que llueve. Se censó en la gran misión Vivienda Venezuela. En sus manos tiene un nuevo papel en donde el Gobierno nacional le asegura que este año le dará una casita. La señora vuelve a confiar, como lo hizo en 1998, en 2000 y luego en 2006. Está cansada de escuchar promesas, pero es la "última oportunidad" que da.

Sobre sus hombros el presidente Hugo Chávez tiene uno de los compromisos electorales más titánicos desde su llegada al poder, hace 12 años. El 72 por ciento de popularidad que lo sentó en la silla de Miraflores se debilita cada vez más y para estos días las encuestas sostienen que ese número ronda entre 40 y 52 por ciento.

Está en aprietos. Él lo sabe. No en vano desde enero de 2010 lanzó la que sería su misión más estratégica: la "Campaña Admirable" de cara a su reelección en 2012.

Los analistas políticos advierten que ésta es la más difícil que le tocará enfrentar. "El Gobierno sabe que está en caída y haciendo esfuerzos impresionantes para lograr detener ese descenso de popularidad". Máximo Sánchez, politólogo, afirma que la táctica electoral que desde el año pasado utiliza el primer mandatario sólo tiene como objetivo recomponer votos para las elecciones presidenciales.

Un ofrecimiento tras otro es la estrategia, que según Sánchez, el Ejecutivo retoma para convencer al electorado de su continuidad en el Gobierno, luego de ser ratificado en referendo revocatorio y reelecto para un nuevo periodo.

De allí que desde este año el jefe de Estado se propusó -así sea a punta de promesas- atacar lo que todas las encuestas nacionales le dicen a gritos que son las necesidades principales del venezolano: inseguridad (85,3 %), desempleo (41,3 %) y falta de vivienda (20 %).

Pero lo que el mandatario pareció no prever es el escenario que lo adversa. Tras 12 años en ejercicio, Venezuela llega a una economía en recesión, con el índice de inflación más alto de Latinoamérica (27,2 %) en 2010 y cifras récord de violencia, nacionalizaciones y expropiaciones sin justificación, una crisis eléctrica que no se termina de resolver y un país polarizado políticamente como nunca antes en la historia.

"Se le acabaron los argumentos. Ya no tiene cómo explicar por qué no cumplió con lo que prometió cuando llegó al poder. La gente vive igual o peor que antes", expresa el politólogo, al tiempo que afirma que por más que se esfuerce en lanzar proyectos sociales, "la medición no sólo se hará con lo que hizo este año. La gente va a sacar cuenta que son 12 años que tiene en el Gobierno y ya no se le puede seguir echando la culpa a los gobiernos anteriores".


Promesas y más promesas

Dos millones de viviendas antes de 2012 y emplear a 3,5 millones de personas antes de 2019 son algunas de las metas que se planteó en los primeros seis meses de este año.

¿Podrá Chávez seguir vendiendo esperanzas? Humberto Amado, director de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Rafael Urdaneta asegura que esa estrategia está cada vez más desfasada.

"El Presidente la tiene cuesta arriba para mantenerse en el poder, porque ya hay un cansancio natural en el electorado. El lanzamiento de la misión Vivienda pudiera ser muy prematuro, porque va a dar tiempo para que se empiecen a aflojar las expectativas al no obtener los resultados esperados".

A su juicio, aunque los números de popularidad del primer mandatario siguen siendo elevados, la intención del voto se reduce. "Se ha perdido bastante la credibilidad. La base que le queda es clientelar y tiene una expectativa de que va a recibir algo del Gobierno".

Éstas son las consecuencias de emplear un discurso populista y demagógico. Tal como lo sostiene Máximo Sánchez, al Gobierno le resultó muy costoso sostener en el tiempo sus promesas: "Son 12 años vendiendo las mismas expectativas. Ni sus misiones funcionan. Ahí tienen Barrio Adentro, por ejemplo, estructuras abandonadas por todos lados a las que no se les pudo dar mantenimiento".

El politólogo asegura que lo que sí logra reproducir las promesas del Ejecutivo en la sociedad es frustración. "Son expectativas que al no cumplirlas generan eso en los venezolanos. Son promesas electorales que parecieran ser inalcanzable por parte del Presidente". A su juicio, esos ofrecimientos pueden que le funcionen, pero sólo a corto plazo. "La gente compra esperanzas, pero no por mucho tiempo".


Repite la ganadora

Los peores años del Presidente fueron entre 2002 y 2003. En el año del revocatorio, todas las encuestas del país lo daban como perdedor. Pero, el as bajo la manga lo hizo triunfar: las misiones.

"Esa filosofía de promesas sociales se repite. El discurso populista es muy peligroso". Marcos Hernández, sociólogo y escritor, explica que Chávez retoma una táctica que pese a que carece de efectividad, "sí siembra la esperanza de que algún día me entreguen algo".

El voto en Venezuela es emocional y sin criterio, según el especialista. "Un Gobierno agotado, añejado, con una gestión desfasada que ha demostrado ser ineficiente debería de ser suficiente para que gane la otra opción. Pero el Presidente está claro de lo que tiene que explotar".

Los números, pese a esto, se siguen moviendo. Es el último cartucho que agota la señora Petra Pérez. La ilusión de abandonar las cifras de venezolanos sin viviendas se mantiene viva y apuesta a que en 2012 "alguien" le materialice sobre concreto y ladrillos lo que en estos momentos le promete un trozo de papel que lleva el sello de "Gobierno Bolivariano de Venezuela".

Aunque no les guste reconocerlo, la campaña para esta reelección será la más dura con la que haya tenido que lidiar este Presidente.


Del lado de la oposición

Los analistas recomiendan al sector opositor aprovechar el escenario desfavorable que rodea al presidente Chávez y sobre eso emprender su campaña.

· Deben plantear respuestas concretas de cómo resolver los problemas donde el Gobierno ha fallado.

· Deben usar un lenguaje sencillo para que logren conectarse con el pueblo.

· Orientar su discurso más allá de corrientes ideológicas.

· Hacer planteamientos prácticos que logren convencer de que el camino para lograr su calidad de vida está del lado de los factores democráticos.