¿Qué se puede inferir de los números y qué están viendo los partidos y los precandidatos?
GERARDO BLYDE
opinión.eluniversal.com
Dos procesos nacionales se aproximan. El primero será las muy mencionadas Primarias de oposición para elegir al candidato presidencial que se medirá en el segundo proceso para vencer a Chávez. ¿Qué se ve desde el mundo de las matemáticas opositoras? Más allá de las preferencias que se manifiestan actualmente conforme a las últimas encuestas a favor de algunos nombres (en las que se miden los niveles de simpatía y la intención de voto en unas primarias), es bien sabido que no todo aquel que dice que votará en un proceso de primarias termina haciéndolo. Entre los diversos motivos destacan el temor a verse retratado de una vez en un proceso típicamente opositor, no vayan luego a cobrarle una factura desde las instancias gubernamentales de poder (beneficios sociales, estabilidad laboral, posibilidad o esperanza de obtener la solución a alguno de sus problemas vitales como la vivienda, contrato, empleo, etc.). Muchos prefieren pasar agachados en unas Primarias y acudir a las urnas electorales cuando la contienda sea definitiva entre Chávez y quien resulte elegido.
¿De qué depende entonces? En mucho, esos resultados dependerán de los apoyos y alianzas y de la capacidad de movilización que cada aspirante pueda tener para la fecha en que se celebren. Un militante de un partido de oposición ya está fichado como tal. No tiene nada que perder en un proceso de primarias. Ese votará. Una persona que no dependa del gobierno nacional, o de un gobierno estadal o municipal sectario para sobrevivir, puede también participar. Un ciudadano independiente que no contrate con el Estado o no esté esperando beneficio alguno del Gobierno también es más libre para participar. Pero el grueso de la participación nacional en las primarias ocurrirá, en mucho, dependiendo de las posibilidades de movilización de las maquinarias partidistas en cada sector del país. Con menos intensidad en el área metropolitana de Caracas y con más intensidad en el interior del país.
¿Qué se puede inferir de los números y qué están viendo los partidos y los precandidatos? Los resultados de la elección de diputados -última elección nacional- arrojan una visión interesante de analizar, como lo ha hecho Alfredo Keller en recientes foros y entrevistas en los que ha participado. La oposición obtuvo el 53% de los votos para las parlamentarias, pero ¿cómo se disgregó esa votación? UNT obtuvo el 18,7%, Primero Justicia el 17,7 %, la alianza AD-ABP el 17,6% (casi todos concentrados en AD), el bloque Humanista (Copei, Proyecto Venezuela y otros) el 18,9%, el bloque denominado Progresista (Podemos, Causa R y otros) el 10,7%, el PPT el 5,8% y el bloque de tarjetas no alineadas de movimientos locales e independientes obtuvo el 10,5 %.
La primera conclusión a la que se puede arribar es que no existe ningún partido político que a solas pueda colocar a su precandidato como ganador de las primarias, visto que el voto espontáneo no será el mayoritario por las razones que expuse. Hasta ahora, las precandidaturas se van ubicando dentro de cada una de las tendencias así: UNT se debate entre dos precandidatos (Rosales y Pablo Pérez); PJ parece decidido con Capriles; la alianza AD-ABP no luce hasta ahora sólida (Ledezma ya lanzado y Henry Ramos parece estar tomando su decisión); en el bloque Humanista, Álvarez Paz se lanzó, Pérez Vivas ha sido lanzado pero aún él no manifiesta su decisión, como tampoco se ha determinado si Salas Römer o Salas Feo aspirarán; el bloque Progresista y el PPT acaban de suscribir una alianza que los coloca juntos en un 16,5%, aun cuando no parece que tengan un precandidato claro (Henri Falcón es importante para una alianza con cualquier precandidato). En el sector no alineado aparecen dos nombres: Leopoldo López (que sí participaría pero su inconstitucional inhabilitación pesa) y María Corina Machado, sin apoyos partidistas pero creciendo en las mediciones nacionales.
La segunda conclusión consiste en la necesidad de que se produzcan alianzas y apoyos antes de las Primarias. Ya en el terreno de la especulación, podría producirse una alianza UNT-AD y algunos sectores de izquierda, pero ello es solo una hipótesis hasta ahora. Otra especulación es que se produzca una alianza entre PJ y el bloque Humanista. De producirse ambas alianzas, quienes resulten abanderados para las Primarias estarían compitiendo con pisos iniciales más o menos iguales. En esta hipótesis, quien logre además juntar a su alianza el apoyo del bloque Progresista y el de los independientes, entraría con una ventaja sobre el otro sector aliado.
Lo cierto es que, a esta fecha, esas alianzas no se han dado. Esos procesos no son sencillos, llevan su tiempo. Pero se están iniciando a soto voce.
gblyde@gmail.com
GERARDO BLYDE
opinión.eluniversal.com
Dos procesos nacionales se aproximan. El primero será las muy mencionadas Primarias de oposición para elegir al candidato presidencial que se medirá en el segundo proceso para vencer a Chávez. ¿Qué se ve desde el mundo de las matemáticas opositoras? Más allá de las preferencias que se manifiestan actualmente conforme a las últimas encuestas a favor de algunos nombres (en las que se miden los niveles de simpatía y la intención de voto en unas primarias), es bien sabido que no todo aquel que dice que votará en un proceso de primarias termina haciéndolo. Entre los diversos motivos destacan el temor a verse retratado de una vez en un proceso típicamente opositor, no vayan luego a cobrarle una factura desde las instancias gubernamentales de poder (beneficios sociales, estabilidad laboral, posibilidad o esperanza de obtener la solución a alguno de sus problemas vitales como la vivienda, contrato, empleo, etc.). Muchos prefieren pasar agachados en unas Primarias y acudir a las urnas electorales cuando la contienda sea definitiva entre Chávez y quien resulte elegido.
¿De qué depende entonces? En mucho, esos resultados dependerán de los apoyos y alianzas y de la capacidad de movilización que cada aspirante pueda tener para la fecha en que se celebren. Un militante de un partido de oposición ya está fichado como tal. No tiene nada que perder en un proceso de primarias. Ese votará. Una persona que no dependa del gobierno nacional, o de un gobierno estadal o municipal sectario para sobrevivir, puede también participar. Un ciudadano independiente que no contrate con el Estado o no esté esperando beneficio alguno del Gobierno también es más libre para participar. Pero el grueso de la participación nacional en las primarias ocurrirá, en mucho, dependiendo de las posibilidades de movilización de las maquinarias partidistas en cada sector del país. Con menos intensidad en el área metropolitana de Caracas y con más intensidad en el interior del país.
¿Qué se puede inferir de los números y qué están viendo los partidos y los precandidatos? Los resultados de la elección de diputados -última elección nacional- arrojan una visión interesante de analizar, como lo ha hecho Alfredo Keller en recientes foros y entrevistas en los que ha participado. La oposición obtuvo el 53% de los votos para las parlamentarias, pero ¿cómo se disgregó esa votación? UNT obtuvo el 18,7%, Primero Justicia el 17,7 %, la alianza AD-ABP el 17,6% (casi todos concentrados en AD), el bloque Humanista (Copei, Proyecto Venezuela y otros) el 18,9%, el bloque denominado Progresista (Podemos, Causa R y otros) el 10,7%, el PPT el 5,8% y el bloque de tarjetas no alineadas de movimientos locales e independientes obtuvo el 10,5 %.
La primera conclusión a la que se puede arribar es que no existe ningún partido político que a solas pueda colocar a su precandidato como ganador de las primarias, visto que el voto espontáneo no será el mayoritario por las razones que expuse. Hasta ahora, las precandidaturas se van ubicando dentro de cada una de las tendencias así: UNT se debate entre dos precandidatos (Rosales y Pablo Pérez); PJ parece decidido con Capriles; la alianza AD-ABP no luce hasta ahora sólida (Ledezma ya lanzado y Henry Ramos parece estar tomando su decisión); en el bloque Humanista, Álvarez Paz se lanzó, Pérez Vivas ha sido lanzado pero aún él no manifiesta su decisión, como tampoco se ha determinado si Salas Römer o Salas Feo aspirarán; el bloque Progresista y el PPT acaban de suscribir una alianza que los coloca juntos en un 16,5%, aun cuando no parece que tengan un precandidato claro (Henri Falcón es importante para una alianza con cualquier precandidato). En el sector no alineado aparecen dos nombres: Leopoldo López (que sí participaría pero su inconstitucional inhabilitación pesa) y María Corina Machado, sin apoyos partidistas pero creciendo en las mediciones nacionales.
La segunda conclusión consiste en la necesidad de que se produzcan alianzas y apoyos antes de las Primarias. Ya en el terreno de la especulación, podría producirse una alianza UNT-AD y algunos sectores de izquierda, pero ello es solo una hipótesis hasta ahora. Otra especulación es que se produzca una alianza entre PJ y el bloque Humanista. De producirse ambas alianzas, quienes resulten abanderados para las Primarias estarían compitiendo con pisos iniciales más o menos iguales. En esta hipótesis, quien logre además juntar a su alianza el apoyo del bloque Progresista y el de los independientes, entraría con una ventaja sobre el otro sector aliado.
Lo cierto es que, a esta fecha, esas alianzas no se han dado. Esos procesos no son sencillos, llevan su tiempo. Pero se están iniciando a soto voce.
gblyde@gmail.com
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