DAVID UZCÁTEGUI
Twitter: DavidUzcategui
eluniversal.com
Es un clamor común por estos días entre todos los venezolanos demócratas: las primarias deben comenzar a andar ya mismo. Y la navidad debe encontrarnos con el candidato unitario de las fuerzas democráticas dando la mano a los ciudadanos.
Esto está sucediendo por el entusiasmo despertado ante la cita electoral de 2012, y es excelente noticia la emoción que se despierta en los venezolanos ante la perspectiva cierta de poder poner fin a esta larga década infame de nuestra historia, que para el momento de asumir el nuevo Presidente, sumaría 14 años. Más que suficiente para cualquier gobernante.
Pero también se trata de precaución. El oficialismo juega con derroche de recursos. Pone el aparataje y el dinero de la administración pública al servicio de su campaña. Abusa de las cadenas de radio y TV, coloca a los funcionarios al servicio de una campaña, alejándolos de sus cargos y deberes.
Y para colmo, se habla del posible adelanto de las elecciones presidenciales. Esto es solo un rumor, una hipótesis. Pero vale la pena plantearse ese escenario. Porque las fuerzas gubernamentales podrían apostar al mismo ante el deterioro indetenible del candidato-presidente en el sentir de la opinión pública.
Mientras más pronto se celebren las presidenciales, más puntos tendría en su capital político el mandatario, cuya popularidad disminuye ciertamente al paso del tiempo. Inseguridad, crisis eléctrica, trato soberbio a los estudiantes y trabajadores que protestan, obsequios sacados de nuestro bolsillo a sus compinches políticos, alto costo de la vida y más, le van restando día a día.
Quien madruga consigue agua clara. De este lado hay que comenzar una intensa campaña con recursos limitados, la cual se basará en la presencia de nuestro candidato en comunidades, ya que las limitaciones de tiempo en espacios audiovisuales solamente rigen para la oposición. Y tenemos que pagar los espacios publicitarios, mientras el gobierno dispone de una vasta red radiotelevisiva, amén de radioemisoras y televisoras privadas cuando le viene en gana, a través de las condenables cadenas. Y cuando se necesita dinero en efectivo, pues ahí están las arcas públicas.
Madrugar es pues, el seguro de vida ante tan descarado ventajismo. Asegura que todos los ciudadanos en capacidad de ejercer el voto conozcan el nombre y el rostro del candidato demócrata, así como sus propuestas.
Es redundante hablar de la inviabilidad del proyecto político que padecemos. Ya todos los venezolanos lo hemos sufrido en carne propia. La inseguridad, los pésimos servicios públicos, el desmantelamiento de los hospitales, el acoso a las universidades autónomas, la escalada de los precios que atenta contra el alimento y mucho más.
Y sin embargo los venezolanos se aferran firmemente a la certeza de que hay un futuro mejor. Aun quienes eran unos niños cuando el chavismo llegó al poder hace 12 años, quienes estrenarán su mayoría de edad votando en las presidenciales de 2012 y tenían apenas 5 años el 6 de diciembre de 1998. Hay que ponerle ya el mismo rostro a la esperanza de la gente. Debemos conocer al líder que tendrá la responsabilidad de coordinar a los talentos y voluntades de un país hacia la reconciliación y el progreso, hacia el bienestar y la paz. No merecemos menos.
Twitter: DavidUzcategui
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Es un clamor común por estos días entre todos los venezolanos demócratas: las primarias deben comenzar a andar ya mismo. Y la navidad debe encontrarnos con el candidato unitario de las fuerzas democráticas dando la mano a los ciudadanos.
Esto está sucediendo por el entusiasmo despertado ante la cita electoral de 2012, y es excelente noticia la emoción que se despierta en los venezolanos ante la perspectiva cierta de poder poner fin a esta larga década infame de nuestra historia, que para el momento de asumir el nuevo Presidente, sumaría 14 años. Más que suficiente para cualquier gobernante.
Pero también se trata de precaución. El oficialismo juega con derroche de recursos. Pone el aparataje y el dinero de la administración pública al servicio de su campaña. Abusa de las cadenas de radio y TV, coloca a los funcionarios al servicio de una campaña, alejándolos de sus cargos y deberes.
Y para colmo, se habla del posible adelanto de las elecciones presidenciales. Esto es solo un rumor, una hipótesis. Pero vale la pena plantearse ese escenario. Porque las fuerzas gubernamentales podrían apostar al mismo ante el deterioro indetenible del candidato-presidente en el sentir de la opinión pública.
Mientras más pronto se celebren las presidenciales, más puntos tendría en su capital político el mandatario, cuya popularidad disminuye ciertamente al paso del tiempo. Inseguridad, crisis eléctrica, trato soberbio a los estudiantes y trabajadores que protestan, obsequios sacados de nuestro bolsillo a sus compinches políticos, alto costo de la vida y más, le van restando día a día.
Quien madruga consigue agua clara. De este lado hay que comenzar una intensa campaña con recursos limitados, la cual se basará en la presencia de nuestro candidato en comunidades, ya que las limitaciones de tiempo en espacios audiovisuales solamente rigen para la oposición. Y tenemos que pagar los espacios publicitarios, mientras el gobierno dispone de una vasta red radiotelevisiva, amén de radioemisoras y televisoras privadas cuando le viene en gana, a través de las condenables cadenas. Y cuando se necesita dinero en efectivo, pues ahí están las arcas públicas.
Madrugar es pues, el seguro de vida ante tan descarado ventajismo. Asegura que todos los ciudadanos en capacidad de ejercer el voto conozcan el nombre y el rostro del candidato demócrata, así como sus propuestas.
Es redundante hablar de la inviabilidad del proyecto político que padecemos. Ya todos los venezolanos lo hemos sufrido en carne propia. La inseguridad, los pésimos servicios públicos, el desmantelamiento de los hospitales, el acoso a las universidades autónomas, la escalada de los precios que atenta contra el alimento y mucho más.
Y sin embargo los venezolanos se aferran firmemente a la certeza de que hay un futuro mejor. Aun quienes eran unos niños cuando el chavismo llegó al poder hace 12 años, quienes estrenarán su mayoría de edad votando en las presidenciales de 2012 y tenían apenas 5 años el 6 de diciembre de 1998. Hay que ponerle ya el mismo rostro a la esperanza de la gente. Debemos conocer al líder que tendrá la responsabilidad de coordinar a los talentos y voluntades de un país hacia la reconciliación y el progreso, hacia el bienestar y la paz. No merecemos menos.
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