Luis Vicente León / Prodavinci
Creo que la oposición cayó en la trampa del dilema falso: participar o no participar, y sin haber resuelto el dilema real, ¿qué logra la unidad? Ahora se quedó pegado en ese debate estéril, agudizando su división y complicando el triunfo de cualquiera de las dos estrategias. Sin unidad, motivación, hoja de ruta y capacidad de acción, votar o no votar lleva al mismo resultado: la derrota. Hay muchas razones para justificar una estrategia abstencionista. La elección no cumple casi ninguna condición democrática; la población no podrá elegir entre los líderes que desea, sino entre los que el gobierno les permite. Además, varios de los partidos políticos están proscritos, el árbitro es sesgado, la fecha de la elección es una manipulación para favorecer a la fuerza dominante y la comunidad internacional desconoce el evento si no se respetan las condiciones competitivas. La pregunta de los pro-abstencionistas a quienes quieren votar es demoledora: ¿por qué participar si el resultado está cantado y eso validará al abusador? CLIC AQUI para seguir leyendo...
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