Fausto Masó / El Nacional
Con razón cada mañana al levantarse Nicolás Maduro le da gracias a Dios por permanecer otro día adicional en Miraflores, sin razón alguna para que siga realmente en el poder, cuando al acostarse la noche anterior pensaba con razón que sería la última. Maduro es un sobreviviente, porque ni Maduro cree en Maduro, y los pocos y supuestos maduristas aun, obviamente, mucho menos. Esa fragilidad, unida a la indiferencia con que el mundo contempla el futuro del actual inquilino de Miraflores, explica la extraña sensación que recibe el visitante en Maiquetía, siente que llega a un país milagroso, donde todo se mantiene en pie de casualidad, o porque sencillamente nadie se decide a dar el empujón final. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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