Fausto Masó / El Nacional
De todo se acusa a una revolución. De matar a su población de hambre, llevar un país al desastre, provocar un desastre mundial, como la Revolución rusa. En cambio, la revolución de Nicolás Maduro amenaza con matar, a los que la siguen, de aburrimiento. Maduro no provoca noticias interesantes, y hasta Raúl Castro se ha contagiado con esa Venezuela chavista. Raúl ya no sale en la prensa. Para llamar la atención debería presentarse en las Naciones Unidas en traje de baño y pegarse un tiro en la cabeza. No lo hará. Maduro lo ha embrujado, y volvió una revolución tremebunda en una aburrida. Los que visitan La Habana de turismo no hablan de volver. La Habana provoca bostezos. CLIC AQUI para seguir leyendo...
Recibe nuestras actualizaciones por E-Mail. SUSCRÍBETE GRATIS AQUI
Twittear |
No hay comentarios:
Publicar un comentario