Es normal que la oposición quiera acompañar a la gente en su drama
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
Es obvio que hay una crisis de grandes dimensiones en Venezuela y va a empeorar. No se trata de una proyección astrológica. Es más simple que mirar las estrellas. El modelo de intervencionismo y la caída severa en el precio del petróleo explican la crisis. El gobierno, lejos de girar hacia la racionalización de su modelo, decidió tirarse por el barranco de la profundización de su error. Por el lado del petróleo, si bien las proyecciones son un poco más alentadoras hacia el final del año, el 2016 seguirá signado por una caída estrepitosa de los ingresos. La crisis continuará acentuándose y la gente se hará cada vez más sensible, aumentando los riesgos de explosión social. Estoy hablando de una sociedad que se expresa diariamente de manera espontánea. La protesta en las colas de los supermercados. Los habitantes de un pueblo que trancan una calle por la inseguridad, mientras los de otros pueblos y ciudades lo hacen por la falta de agua, electricidad, alimentos y medicinas. Los taxistas enfurecidos por el asesinato de un compañero. Los obreros que manifiestan por la caída de sus salarios reales o por la ausencia de materia prima en las empresas donde trabajan. Los estudiantes que se unen a sus profesores en una marcha por el presupuesto universitario. Los familiares de un enfermo que explotan en un hospital porque no lo atienden debido a la falta de insumos, medicinas y médicos. Las protestas de los presos por el hacinamiento y las condiciones carcelarias o, mucho menos convencionales, los pranes y sus panas protestando la pérdida de un compañero, disparando al aire para mostrar su arsenal. CLIC AQUI para seguir leyendo...
Recibe nuestras actualizaciones por E-Mail. SUSCRÍBETE GRATIS AQUI
Twittear |
No hay comentarios:
Publicar un comentario