Fausto Masó / El Nacional
Si Diosdado permitiera que la Asamblea Nacional funcionara como un verdadero parlamento comenzaría el verdadero diálogo, en el lugar ideal para contrastar ideas gobierno y oposición, porque dialogar no es cohabitar con un gobierno en apuros. No hay diálogo si no funciona la Asamblea. Al coordinar con el gobierno central la persecución de los malandros se reconoce la legitimidad de Nicolás Maduro… y este acepta el derecho de existir de la oposición. Así como cuando el ministro Torres conversa con Capriles, o con Falcón; o a un alcalde le entregan unos camiones para recoger basura, o unas motocicletas para la policía. Pero el único y verdadero tema de un diálogo entre el socialismo del siglo XXI y los partidos de oposición es buscar la forma de reinstucionalizar el país, volver el régimen una verdadera democracia y garantizar elecciones equilibradas, sin ventajismo, donde el CNE no sea el brazo armado del gobierno.Lea Más Detalles AQUI ...
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