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domingo, 17 de abril de 2011

Contra el trauma de la fecha

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Por Alfredo Yánez Mondragón
En Twitter: @incisos
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El más reciente estudio de Datanálisis establece que 73% de los venezolanos que dicen ubicarse en el sector opositor y que están dispuestos a votar en una elección primaria, desean la realización de esos comicios este mismo año. El dato no es despreciable; aunque no se puede pecar de exagerado al advertir que refleja la voz del pueblo; ergo, la voz de Dios.

La visión de muchos de nosotros, convencidos de la necesidad de un proceso de primarias, no puede ser considerada (porque nosotros lo creemos así) como la visión del pueblo. Mucho menos podemos creer que lo que se ventila en las redes sociales es la verdad absoluta. Pecamos de intolerantes, de irreflexivos; cuando seguimos una senda prestablecida; cuando nos empeñamos en ver la unidad como concepto válido se si parece a lo que cada uno de nostros cree que es la unidad. Nos negamos a revisar -siquiera- cuál es el planteamiento del otro.

El debate de ayer, de hoy, y probablemente de los días que siguen, estará basado en la pertinencia de escoger una u otra fecha para esas elecciones. Punto clave para definir la estrategia de cada pre candidato; y también del posible candidato electo; pero un punto más, si se trata del camino político que hay que activar desde ya; que no se debe parar en los pasos necesarios; sino que debe continuar, con lo sustantivo, hacia el objetivo final, que no es otro que la conquista del poder.

Decir que la campaña política comienza al día siguiente de las primarias, porque es cuando se conocerá el nombre del candidato, es aferrarse a un librito no escrito de la política patria; que lamentablemente no ha dado fruto bueno.

La campaña ha de comenzar ya; no solo por una razón de marketing político, sino por una necesidad de transformación social que no se puede dar el lujo de esperar y entender razones de cuadros y acuerdos político partidistas: ni mucho menos, a esperar que un candidato con carisma emocione y encante a los ingenuos.

Lo que vivimos como país, no se puede despachar con la teoría -válida, es verdad- de las experiencias pasadas. Lo que vivimos requiere de un auténtico compromiso con el cambio; que no comienza con la elección; sino que debe comenzar ya mismo; incluso en los preparativos de las primarias, incluso en la estructuración de esa campaña interna, que debe mostrar trazos evidentes, claros, de unidad, de complementariedad.

Los ochos meses que vienen; no pueden ser para codazos y zancadillas. Deben ser para potenciar un mensaje contundente de posibilidad de transformación social.

Parte del mensaje es creernos que ciertamente somos capaces de convencer a los incrédulos; que somos capaces de desnudar la mentira del candidato oficialista; que somos capaces de ofrecer un pacto factible, un pacto que incluya, un pacto que invite. Que somos capaces de reconocernos como iguales en un proceso de reconstrucción; en el que debemos tolerar; en el que debemos; sin prejuicios; lograr mínimos acuerdos como sociedad. Eso exige ciudadanía en ejercicio; eso exige compromiso real de un pueblo que se exprese; no solo desde las redes sociales; no solo desde el aplauso al abanderado.

La fecha es importante; no lo niego; pero lo trascendente es construir un mensaje que llegue, es contrastar -no simplemente por ser "anti"- con una propuesta de continuismo. Lo sustantivo -a mi entender- es llenar de contenido el debate nacional. Porque si se produce un escenario extraño; en el que el presidente renuncia, se determina la falta absoluta, y se adelantan las elecciones para este mismo diciembre; no nos podemos quedar agarrados de la brocha. En nuestra anómica Venezuela todo es posible; nada nos debe extrañar. Debatir por lo accesorio está bien para la normalidad; en nuestro caso, no tenemos más opción que debatir y trabajar por lo sustantivo; por lo trascendente.

El futuro está aquí; si nos agarra dormidos; a la espera de un acto simbólico de votación en diciembre o en febrero, será nuestra responsabilidad. "Nuestra", no de quienes técnica o políticamente, decidieron una fecha.

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