Marianella Salazar / El Nacional
La caída del régimen apunta en medio de la peor ruina conocida desde la guerra de Independencia. Trillones de dólares robados y dilapidados por ladrones de cuello blanco y rojo que nos restriegan sus lujos alrededor del mundo, mientras asistimos al suicidio de un país. La economía destrozada está en manos de un pedófilo que parece más preocupado por el tamaño de las prótesis con las cuales satisfacer sus fantasías, mientras las reservas del oro de la nación son rematadas en Alemania para palear la inmoral deuda con la que los venezolanos tenemos que pagar todo lo que se han robado. Mientras tanto, el zica, dengue y chikungunya resurgen invencibles en la arruinada Venezuela socialista, los servicios públicos han llegado a un nivel tal de emergencia que servirán como detonante final de un régimen que no termina de definir su renuncia, exigida, incluso, por quienes dentro del PSUV quieren evitar un nuevo proceso electoral que saben perdido. Como ocurrió semanas antes del suicidio de Salvador Allende, Santiago de Chile sufrió el colapso de los servicios públicos. ¡Sin agua ni electricidad!, como pasa en Caracas y en toda Venezuela, donde el colapso eléctrico es inminente. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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