ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
Se fue de Primero Justicia y pasó por un Nuevo Tiempo hasta comprender que esas organizaciones ya tenían sus liderazgos definidos. Cierto, allí las puertas estaban abiertas y era aceptado de buen grado porque ya para entonces resultaba un notable valor agregado, pero siempre y cuando se quedara en la segunda línea. Diseñó entonces las denominadas Redes Populares, que le sirvieron para echar las bases de su propio partido, Voluntad Popular. De allí en adelante, con ímpetu de poseso, inició un peregrinaje por todo el país y un programa de centroizquierda que privilegiaba lo social, se identificaba con los más pobres, ofrecía planes concretos para erradicar el crimen y la inseguridad y una imagen que algunos llamaron, facilonamente, "kennediana". Pegaba duro en las masas el "hijo de la oligarquía" y lo hacía con la naturalidad de alguien que se siente cómodo, escuchando reclamos y repartiendo sonrisas, rodeado por una pequeña multitud, en medio de Los Haticos, Maracaibo, en un tórrido mediodía, bajo un sol maligno y el asfalto a punto de derretirse. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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