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miércoles, 3 de agosto de 2011

Diario La Verdad: Tarjeta unitaria captará votos de los Ni-Ni



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La inclusión de la nueva casilla en la boleta electoral permitirá a la alternativa democrática concentrarse en ofrecer su mensaje de unidad. Un millón y medio de electores sin identidad política podrían apoyar a la oposición en la contienda del próximo año


Gabriela Moreno
laverdad.com/


La tarjeta unitaria de la oposición en los comicios de 2012 atrapará la atención de los electores no alineados, o ni-ni, que rechazan a los partidos tradicionales pero que tienden a compartir la propuesta democrática. Es una estrategia que servirá de anzuelo.

Incluirla en la boleta volverá atractiva la jornada comicial. A través de ella se podrá capturar el voto de quienes hasta ahora se rehúsan a votar en la casilla de una tolda en particular porque no se sienten identificados con la ideología, objetan el liderazgo de los voceros, no perciben que exista un proyecto de país comunicado de forma masiva o las derrotas y errores del pasado de las organizaciones los desencantaron.

Hasta para absorber a quienes comulgaron con el chavismo es una opción. Los decepcionados de la revolución sentirán más comodidad con la tarjeta unitaria, a la que se sumarían varios movimientos, en lugar de tener que elegir una específica.

Contar con el instrumento obedece no sólo a una “técnica electoral, sino de mercadeo político que por sí sola comunica unidad”, explicó John Magdaleno, politólogo y especialista en análisis de datos en ciencias sociales de la Universidad Central de Venezuela. Un millón y medio de votos se podrían conseguir por esta vía.

Una mirada a los procesos anteriores lo avala. Siete de los nueve años que tienen los no alineados registrados en los sondeos de opinión -la primera vez que se detectaron fue después de los sucesos de abril de 2002- la mayor parte se inclina a la oposición.

En 2009 sumaron el 54 por ciento en las encuestas. Este año, hasta la fecha, rondan el 35 por ciento. Magdaleno traduce los números: “La mitad del total de indecisos no vota. Del segmento que resta, la mitad se abstiene y la otra vota si el candidato es atractivo o si la propuesta logra cubrir sus aspiraciones; es decir, que entre el ocho y el 10 por ciento son los que ejercen su derecho”.


Palabra mágica
Desde el año pasado John Magdaleno analiza la palabra unidad. La identifica como el principal “atributo de la oposición”. Entrar al parabán y encontrar una tarjeta donde un bloque de la competencia tiene una sola tarjeta ofrecerá la idea de que existen acuerdos para gobernar.

Existen otras ventajas. Ricardo Esteves, director ejecutivo de Súmate, las divisó. “En las elecciones parlamentarias había la tarjeta MIN-UNIDAD y en 2006 la de Unidos por Venezuela. Ambas surtieron efecto sobre los electores; a pesar de no contar con propaganda ni movilización política, al tener la palabra unidad en varias circunscripciones se obtuvieron mejores resultados frente a los partidos grandes en maquinaria y militancia. Los antecedentes demuestran que fortalecen el voto”.

Con la nueva propuesta la economía de la coalición democrática podrá defenderse del aparato publicitario e inversión que efectuará el Gobierno para promover la reelección del presidente Hugo Chávez, porque, según Esteves, concentrará sus esfuerzos en “vender un solo concepto”.

Habrá “enfrentamiento a los recursos para decir al elector por cuál opción debe inclinarse, pero la perspectiva de cómo salir mejor favorecido está en discusión en la estructura de la Mesa”.

Pero hay riesgos. La decisión de sumarse o no a la tarjeta depende del número de partidos inclinados a hacerlo. Eso es un debate al interior de las organizaciones, y mientras más se sumen, mayor incentivo habrá para los demás, apuntó el politólogo John Magdaleno. El origen de la voluntad de integrarla “dependerá del interés en ejercer mayor influencia en la toma de decisiones”.

Medición de poder
No es casual que Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo sean los dos partidos que aún no anuncian si se incorporarán a la tarjeta unitaria o circularán en la boleta electrónica con su simbología. Las dos tienen intereses que cuidar. Hacen cálculos.

Analizan si tiene sentido medirse por separado para demostrar su fuerza electoral con un caudal de votos. Buscarán contrastar con las otras organizaciones.

Aunque “suene crudo, la votación será utilizada como un instrumento para determinar la capacidad de influencia de los partidos que conviven al interior de la Mesa. Así sucedió en 2008. Los resultados son usados como un indicador del poder práctico que tienen en las contiendas”.

Los comicios del próximo año no serán la excepción. Pasará igual porque “una cosa es lo que públicamente debe decirse y otra la que debe analizarse”. El líder de la oposición está forzado a reconocer el atributo de la unidad y por otro lado a brindar la seguridad de que no se fracturará la coalición o no lograrían llegar a la meta: el triunfo.

Las dos caras
A favor
-Es una herramienta para demostrar el compromiso de la unidad.

-Funcionará sólo para las elecciones presidenciales, dejando a las de gobernadores y alcaldes con múltiples tarjetas, incluyendo las de organizaciones políticas con liderazgo muy regional.

-Afianza el ambiente de polarización entre quienes adversan a Hugo Chávez y al PSUV.

-Ayudaría a romper con la confrontación en el país y a abrir nuevos espacios.

-Puede considerarse como el “gran primer paso de la unidad” para encontrar aspectos en común.

-Facilitaría el proceso de votación.

-Las múltiples opciones (tarjeta unitaria + tarjetas de cada organización política) mostrarían el peso específico de cada partido entre los electores.

-El elector que quiere un cambio tendrá varias opciones para elegir.

En contra
-La multiplicidad de tarjetas permite acreditar más testigos para las mesas de votación.

-Demuestra un “pensamiento único” en vez de una “unidad dentro de la diversidad” de la oposición.

-Las alianzas perfectas, que eran necesarias para las elecciones parlamentarias de 2010, ya no son necesarias.

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