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De acuerdo al más reciente estudio de la firma GIS XXI, el presidente Hugo Chávez recuperó en este año 15 de los 17 puntos que perdió en 2010 por la crisis eléctrica, con lo que su aprobación se ubica en 53,3%, según informó el viernes el exministro Jesse Chacón, director general de la consultora.
Luz Mely Reyes
Ultimasnoticias.com.ve Politikom
Este repunte, explicó, es atribuible a las acciones que ha tomado el Gobierno, como han sido el tratamiento a la crisis de damnificados, la Gran Misión Vivienda Venezuela (Gmvv) y el aumento salarial.
En su web http://www.gisxxi. org/ Chacón refiere que la Gmvv ha generado grandes expectativas, y advierte que "la ejecución eficiente de esta misión podría significar una mayor conexión de la población con el carácter social del gobierno bolivariano y una consolidación del crecimiento en la valoración positiva del presidente Chávez. De igual manera, una deficiente ejecución puede generar un sentimiento de frustración que revierta la tendencia hasta hoy lograda...".
Las misiones, lo sabemos, han sido salvavidas del Gobierno. La diferencia actual estriba en que el tiempo juega en contra del Mandatario. 2012 está muy cerca y la solución a esta crisis luce muy lejana, por lo que el incumplimiento de la promesa puede costar muy caro.
En las últimas semanas ha habido manifestaciones de damnificados en diferentes refugios. Son varias las razones que esgrimen, pero a mi juicio, la principal es que se espera mucho del Gobierno.
A su tiempo se advirtió que el manejo paternalista de la crisis de damnificados y de la vivienda podría hacer aguas. Si bien ha sido importante la primera respuesta de atender a los que se quedaron sin casa, es insostenible mantener el esquema de proveerles de todo en refugios y hoteles; asignar tales responsabilidades a funcionarios que tienen otros asuntos que resolver mientras se espera la construcción de las ansiadas viviendas. Sin contar que en algunos casos hay quienes lo esperan todo de "Papá Chávez", y más de uno abusa.
Otros elementos -a mi juicio- atentan contra la resolución de la crisis. Asumo que tienen que ver con nuestra idiosincrasia. Hay quienes se resisten a ser reubicados fuera de su área tradicional. Por ejemplo, algunos rechazan irse a Monagas y prefieren volver a las zonas de riesgo.
Cualquiera podría pensar que están fuera de sí, pero si se observa con detenimiento, este comportamiento podría indicar qué lleva a una persona a preferir vivir en Caracas aun a costa de su propia vida, que irse a una casita en el interior.
Algunas explicaciones serían: costumbre, cercanía con familiares y amigos, resistencia al cambio; tal vez otras sean muy complejas y quizás una sigue siendo válida para ellos. La centralista conseja: Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra.
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