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Ronald Rojas
El mayor problema de la oposición no lo es el Comandante en Jefe, ni todas las triquiñuelas que lo acompañan en su gobierno, ni toda la corte de aduladores en los diferentes organismos estadales que genuflexamente hacen todo lo que este les pide, ni siquiera la incultura política de una gran parte de los Venezolanos que de manera irresponsable y ciegamente siguen apoyando al Comandante en Jefe, el real problema de la oposición está en la cabeza de los partidos, en esa cuerda de vejestorios (muchos de ellos) que no terminan de asumir su responsabilidad por todo lo que ha pasado en Venezuela y sigue pasando.
En cualquier parte del mundo, este grupo de políticos, por decisión propia o por ser empujados por sus organizaciones políticas, ya hubieran pasado a retiro, pero Venezuela es otro país, único tal vez en su especie, digno de análisis, y lo más inconcebible es el hecho de que pareciera que la “nueva generación” de políticos sigue los mismo pasos de sus predecesores.
A ver un ejemplo, en el pasado tanto lejano como el pasado reciente, ellos, los políticos, se han dedicado a colocarse zancadillas los unos a los otros, en vez de crear un frente común a todos los desmanes cometidos por este gobierno lo que hacen es estar metidos en una guerra de desgaste en contra de sus, en teoría, aliados naturales, si ustedes quieren saber el hecho de cómo es posible que luego de más de doce años alguien que ocupa un cargo de representación publica se mantenga en vigencia (desde el punto de vista de aceptación por parte de la población electoral) solo es posible a través de una de las dos siguiente variables a saber o es un muy excelente administrador de los recursos y proveedor de una inigualable mejora en cuanto a la calidad de vida de los representados o bien no hay nadie más que pueda sustituirlo, en nuestro caso en particular lamentablemente es lo segundo y esto no es porque en más de veintiséis millones de habitante no haya uno capaz de hacerlo bien sino por lo comentado más arriba. Todos los posibles a sustituir al comandante están muy ocupados en destruirse entre ellos.
No es posible que faltando más o menos un poco más de año y medio para las próximas elecciones presidenciales todavía no es que no exista un posible acuerdo de gobernabilidad entre los diferentes personeros que contrarían a esta revolución ”bonita” sino que ni siquiera se han dignados a presentar posibles programas de gobiernos. Que desgracia que vivamos a punta de encuestas y no a puntas de acciones y de hechos que hagan que suban estas encuestas.
¿Así harán estas personas para buscarse parejas? Me imagino la historia, fulana está con fulano, fulano es una amalgama de las peores características que representan a las personas, y a mi me gusta fulana, voy a esperar a que rompa para caerle a fulana. ¿Pero y sino rompen? ¿No seria más fácil si en vez de esperar a que ellos rompan empiezo a ofrecerle a fulana x cantidad de cosas que realmente le puedo dar, y así darle una alternativa a fulana y hacerle comprender que hay mejores cosas en la vida?, pero como vivimos en un quítate tu para ponerme yo, hasta es posible que terminemos como dicen los pro gobiernos, el Comandante hasta el dos mil siempre.
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