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El precandidato expone que se debe acabar con la demagogia delirante en el país
Gerardo Miguel González.
eldiariodeguayana.com
El país no requiere candidatos sino propuestas, manifestó Eduardo Fernández
Muchos jóvenes aún nos preguntamos en algún momento ¿qué sería de la historia política venezolana si le hubiéramos dado la oportunidad de gobernar? ¿Estaríamos hoy aquí? Y quienes alcanzaron su mayoría de edad en el nuevo siglo quizás no conocen aún su trayectoria. Pero conversar con este personaje es ampliar la visión de país que todos debemos considerar en cada paso que damos como ciudadanos.
Propulsor de la democracia cristiana en América y fiel defensor del entendimiento entre diferentes, Eduardo Fernández realiza un periplo por Venezuela sin intenciones de ser candidato, a su juicio, pero con la vocación de servir a flor de piel.
Por eso cuando cada persona le pregunta si quiere ser presidente de la República, él contesta con otra interrogante: ¿Qué crees tú que debo hacer?
Esperanza, sobre todo
Desde el martes, Eduardo Fernández recorría Ciudad Guayana. Tras un encuentro con las comunidades y líderes vecinales de San Félix, tocó Puerto Ordaz.
“Hay dos palabras que resumen mi estado de ánimo: dolor y esperanza”, lamentó luego de esbozar todo lo encontrado, más allá de las noticias de su interés sobre Guayana que se publican a diario. “Percibo el deterioro progresivo de esta zona que debe volver a convertirse en un polo de desarrollo”.
Anecdóticamente resume sus impresiones. “En San Félix se me acercaron unos vecinos para contarme que en vez de tener apagones, tienen ‘prendones’. Es decir, cada cierto tiempo llega la luz”.
Reafirma, más como ciudadano, que todo este ambiente convoca a un gran cambio. “Tenemos esperanza de que se abra un nuevo ciclo en la vida de los venezolanos. Yo sí creo en el diálogo, soy un optimista incurable”.
Política e inteligencia
Para Eduardo Fernández, los problemas del país jamás le han sido ajenos pues conoce bien el entramado burocrático del Estado. Fue diputado entre 1969 y 1989, subsecretario general de la Presidencia de la República y el más ferviente acusador del caso Recadi (hoy Cadivi) en 1987.
Pero también tocó dos veces las puertas de la presidencia, especialmente en 1988 cuando obtuvo 40% de los votos.
“Debemos acabar con la demagogia delirante en este país. Si actuamos con inteligencia, podemos actuar a favor del cambio; debemos presentar con claridad la visión de un país nuevo”, esgrimió para sortear las posibilidades de una Mesa de la Unidad Democrática, MUD, que busca el concenso, a la cual no está ligada directamente, pero con cuyos miembros ha tenido encuentros.
Por ello, en estos momentos prefiere recorrer las comunidades con su equipo de trabajo, el mismo que lo acompaña en el Centro de Políticas Públicas, Ifedec, pulsando a los venezolanos, uno por uno.
Revela que la MUD debe ser más ambiciosa. “No puede convertirse en un reducto de partidos”, y sugiere tres habilidades que, a su juicio, debe desarrollar. “Hay que clarificar el mensaje, mejorar la organización y definir una estrategia inteligente. De esa forma, si seguimos estos parámetros, estoy convencido que podemos desencadenar un cambio”.
Nuevos modelos
No podía Eduardo Fernández dejar de analizar los modelos de gestión social y económica impuestos en estos 12 años, por supuesto, basado en su visión como estudioso de la materia.
“Lo que tenemos no es un control obrero”, refiriéndose al modelo de gestión de las empresas básicas de Guayana. “Es el control del Estado y del propio Presidente, porque ahí no hay cogestión, no existe la común participación del personal en la administración de la industria. Es sólo un grupo el que toma decisiones”.
En analogía se refirió al modelo soviético, donde no eran los proletarios quienes tomaban las decisiones junto a los patronos, y por eso se derrumbó.
En su background ideológico menciona las economías de España y Chile como modelos, cuyos gobiernos han logrado la simbiosis con la empresa privada, los sindicatos, los trabajadores y los pobladores en general para encaminar su desarrollo.
En cuanto a la economía advierte que sigue siendo “de puertos”, sin mucha diferencia a la cuarta república. “Seguimos dependiendo del exterior, porque es el mismo modelo que venimos arrastrando desde las décadas de los 50 y 60, con la diferencia que hoy es peor”.
Para este abogado graduado en la Católica Andrés Bello, especializado en Desarrollo Económico y Ciencias Políticas en Holanda y Estados Unidos, respectivamente, Venezuela tiene recursos suficientes para desplazar la dependencia del petróleo, el modelo rentista.
“Venimos arrastrando desde hace décadas un modelo en el que hemos acostumbrado a los venezolanos a esperar lo que el gobierno nos dé. El Estado infla las nóminas de las empresas, crea expectativas en los venezolanos más necesitados”, que a la postre generan frustración.
Convencido de los recursos que posee el país, Eduardo Fernández insiste en el desarrollo de la industria aguas abajo, la creación de empleos productivos, como por ejemplo en el sector turístico.
Y es precisamente en este aspecto, el de la creación, las obras, donde hace énfasis en torno a la gestión actual. “La tragedia del Presidente es que él no puede dirigirse a la nación desde escenarios que no fueran construidos por la cuarta república”.
Entre electores te veas
Aunque no indagamos si considera suficiente madurez en su trajinar para aspirar nuevamente a la presidencia, Eduardo Fernández deja ver que están tan preparado, o mejor, que en aquellos años.
“En 2010 hubo un triple empate en las elecciones. La tercera parte de los sufragantes votaron por el Gobierno. Otra tercera parte por la oposición, y el resto no votó, se quedó en casa. Este es el esfuerzo que debemos realizar quienes queremos el cambio, convencer con hechos a todas estas personas de que podemos tener una nueva gestión, capacitada y diligente, sin demagogias ni populismo”.
Y es que él quiere ver el cambio antes de partir al otro mundo, más allá de convertirse en protagonista. Por eso, quizás, no siente prurito cuando la gente omite llamarle “El Tigre”, remoquete que se ganó en 1988 cuando criticó duramente a su partido, Copei.
¿Volverá a rugir?
Programa del 2013
Recientemente, Eduardo Fernández confirmó que está en campaña, pero no en televisión: codo a codo con los venezolanos, a quienes ha empezado a pulsar para conocer su opinión, muy valiosa.
Por ello, el próximo sábado 4 de junio, desde el teatro Santa Rosa de Lima, en Caracas, presentará “Venezuela 2013: La Propuesta”, un compendio de estrategias y planes que sugiere deben desarrollarse para cristalizar el país posible para todos. “Es un plan de concenso pues Venezuela necesita un gran acuerdo nacional”.
“Más que un candidato, el país necesita una propuesta” es su punta de lanza, como también lo es “Pensando en Venezuela”, que abandera a Ifedec. Esto y más pueden revisar a través de su blog eduardofernandezvenezuela.blogspot.com, su Facebook eduardofernandezvenezuela y comunicarse directamente con él a través de su cuenta Twitter @efernandezvzla.
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El precandidato expone que se debe acabar con la demagogia delirante en el país
Gerardo Miguel González.
eldiariodeguayana.com
El país no requiere candidatos sino propuestas, manifestó Eduardo Fernández
Muchos jóvenes aún nos preguntamos en algún momento ¿qué sería de la historia política venezolana si le hubiéramos dado la oportunidad de gobernar? ¿Estaríamos hoy aquí? Y quienes alcanzaron su mayoría de edad en el nuevo siglo quizás no conocen aún su trayectoria. Pero conversar con este personaje es ampliar la visión de país que todos debemos considerar en cada paso que damos como ciudadanos.
Propulsor de la democracia cristiana en América y fiel defensor del entendimiento entre diferentes, Eduardo Fernández realiza un periplo por Venezuela sin intenciones de ser candidato, a su juicio, pero con la vocación de servir a flor de piel.
Por eso cuando cada persona le pregunta si quiere ser presidente de la República, él contesta con otra interrogante: ¿Qué crees tú que debo hacer?
Esperanza, sobre todo
Desde el martes, Eduardo Fernández recorría Ciudad Guayana. Tras un encuentro con las comunidades y líderes vecinales de San Félix, tocó Puerto Ordaz.
“Hay dos palabras que resumen mi estado de ánimo: dolor y esperanza”, lamentó luego de esbozar todo lo encontrado, más allá de las noticias de su interés sobre Guayana que se publican a diario. “Percibo el deterioro progresivo de esta zona que debe volver a convertirse en un polo de desarrollo”.
Anecdóticamente resume sus impresiones. “En San Félix se me acercaron unos vecinos para contarme que en vez de tener apagones, tienen ‘prendones’. Es decir, cada cierto tiempo llega la luz”.
Reafirma, más como ciudadano, que todo este ambiente convoca a un gran cambio. “Tenemos esperanza de que se abra un nuevo ciclo en la vida de los venezolanos. Yo sí creo en el diálogo, soy un optimista incurable”.
Política e inteligencia
Para Eduardo Fernández, los problemas del país jamás le han sido ajenos pues conoce bien el entramado burocrático del Estado. Fue diputado entre 1969 y 1989, subsecretario general de la Presidencia de la República y el más ferviente acusador del caso Recadi (hoy Cadivi) en 1987.
Pero también tocó dos veces las puertas de la presidencia, especialmente en 1988 cuando obtuvo 40% de los votos.
“Debemos acabar con la demagogia delirante en este país. Si actuamos con inteligencia, podemos actuar a favor del cambio; debemos presentar con claridad la visión de un país nuevo”, esgrimió para sortear las posibilidades de una Mesa de la Unidad Democrática, MUD, que busca el concenso, a la cual no está ligada directamente, pero con cuyos miembros ha tenido encuentros.
Por ello, en estos momentos prefiere recorrer las comunidades con su equipo de trabajo, el mismo que lo acompaña en el Centro de Políticas Públicas, Ifedec, pulsando a los venezolanos, uno por uno.
Revela que la MUD debe ser más ambiciosa. “No puede convertirse en un reducto de partidos”, y sugiere tres habilidades que, a su juicio, debe desarrollar. “Hay que clarificar el mensaje, mejorar la organización y definir una estrategia inteligente. De esa forma, si seguimos estos parámetros, estoy convencido que podemos desencadenar un cambio”.
Nuevos modelos
No podía Eduardo Fernández dejar de analizar los modelos de gestión social y económica impuestos en estos 12 años, por supuesto, basado en su visión como estudioso de la materia.
“Lo que tenemos no es un control obrero”, refiriéndose al modelo de gestión de las empresas básicas de Guayana. “Es el control del Estado y del propio Presidente, porque ahí no hay cogestión, no existe la común participación del personal en la administración de la industria. Es sólo un grupo el que toma decisiones”.
En analogía se refirió al modelo soviético, donde no eran los proletarios quienes tomaban las decisiones junto a los patronos, y por eso se derrumbó.
En su background ideológico menciona las economías de España y Chile como modelos, cuyos gobiernos han logrado la simbiosis con la empresa privada, los sindicatos, los trabajadores y los pobladores en general para encaminar su desarrollo.
En cuanto a la economía advierte que sigue siendo “de puertos”, sin mucha diferencia a la cuarta república. “Seguimos dependiendo del exterior, porque es el mismo modelo que venimos arrastrando desde las décadas de los 50 y 60, con la diferencia que hoy es peor”.
Para este abogado graduado en la Católica Andrés Bello, especializado en Desarrollo Económico y Ciencias Políticas en Holanda y Estados Unidos, respectivamente, Venezuela tiene recursos suficientes para desplazar la dependencia del petróleo, el modelo rentista.
“Venimos arrastrando desde hace décadas un modelo en el que hemos acostumbrado a los venezolanos a esperar lo que el gobierno nos dé. El Estado infla las nóminas de las empresas, crea expectativas en los venezolanos más necesitados”, que a la postre generan frustración.
Convencido de los recursos que posee el país, Eduardo Fernández insiste en el desarrollo de la industria aguas abajo, la creación de empleos productivos, como por ejemplo en el sector turístico.
Y es precisamente en este aspecto, el de la creación, las obras, donde hace énfasis en torno a la gestión actual. “La tragedia del Presidente es que él no puede dirigirse a la nación desde escenarios que no fueran construidos por la cuarta república”.
Entre electores te veas
Aunque no indagamos si considera suficiente madurez en su trajinar para aspirar nuevamente a la presidencia, Eduardo Fernández deja ver que están tan preparado, o mejor, que en aquellos años.
“En 2010 hubo un triple empate en las elecciones. La tercera parte de los sufragantes votaron por el Gobierno. Otra tercera parte por la oposición, y el resto no votó, se quedó en casa. Este es el esfuerzo que debemos realizar quienes queremos el cambio, convencer con hechos a todas estas personas de que podemos tener una nueva gestión, capacitada y diligente, sin demagogias ni populismo”.
Y es que él quiere ver el cambio antes de partir al otro mundo, más allá de convertirse en protagonista. Por eso, quizás, no siente prurito cuando la gente omite llamarle “El Tigre”, remoquete que se ganó en 1988 cuando criticó duramente a su partido, Copei.
¿Volverá a rugir?
Programa del 2013
Recientemente, Eduardo Fernández confirmó que está en campaña, pero no en televisión: codo a codo con los venezolanos, a quienes ha empezado a pulsar para conocer su opinión, muy valiosa.
Por ello, el próximo sábado 4 de junio, desde el teatro Santa Rosa de Lima, en Caracas, presentará “Venezuela 2013: La Propuesta”, un compendio de estrategias y planes que sugiere deben desarrollarse para cristalizar el país posible para todos. “Es un plan de concenso pues Venezuela necesita un gran acuerdo nacional”.
“Más que un candidato, el país necesita una propuesta” es su punta de lanza, como también lo es “Pensando en Venezuela”, que abandera a Ifedec. Esto y más pueden revisar a través de su blog eduardofernandezvenezuela.blogspot.com, su Facebook eduardofernandezvenezuela y comunicarse directamente con él a través de su cuenta Twitter @efernandezvzla.
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