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No pasa desapercibido el hecho de que el comandante luzca con dificultades para "desprenderse"
ARGELIA RÍOS
En Ttwitter @argeliarios
opinion.eluniversal.com
Aunque parezca inverosímil, la incertidumbre alrededor de la fecha de las elecciones de 2012 involucra a los dos polos. La oposición desconoce cuándo se celebrarán y, por lo visto, deberá atenerse a lo que decida el chavismo, donde tampoco se tienen respuestas definitivas sobre el momento más propicio para celebrar las presidenciales.
Entre los rojos, la discusión abarca un abanico de opciones, casi todas basadas en la premisa de que una consulta previa -ya sean las regionales o las locales-, serviría para medir anticipadamente el potencial de triunfo de la reelección de Chávez... Pero el asunto no es tan sencillo, pues si el oficialismo sufriera reveses importantes, en cualquiera de los dos casos, el país interpretaría el resultado como el adelanto de una posterior e inevitable derrota del Presidente.
En las filas del "proceso" se admiten las dificultades para impedir esos posibles fracasos, entre los que no sólo se contarían gobernaciones y alcaldías ya conquistadas por la oposición, sino otros nuevos espacios cuya pérdida dejaría al desnudo -en una revelación que, de inmediato, perjudicaría a Chávez- el desgaste y la merma de la propuesta revolucionaria.
En el cálculo, desde luego, se valoran los desgarramientos que sufriría la alternativa democrática durante la selección de sus abanderados regionales y locales: un dato que no escapa a los cálculos del gobierno que, como es usual, le apuesta al resquebrajamiento de la llamada Unidad, donde ya se asoman los sempiternos conflictos generados por el "reparto".
De cualquier manera, lo llamativo es que las alternativas analizadas por le chavismo contienen, todas, una interrogante en torno a la capacidad del Presidente para superar los obstáculos con que se enfrenta su reelección. Casi seis meses de campaña adelantada no le arrojan todavía al oficialismo luces claras acerca de lo que pudiera ser el comportamiento del electorado el próximo año. En los pateaderos rojos no pasa desapercibido el hecho de que el comandante luzca con dificultades para "desprenderse" y de que la situación siga siendo demasiado pareja.
Por lo pronto -y pese a que los esfuerzos de Chávez han mostrado de nuevo su capacidad para batallar sin tregua y con inventiva-, el comandante no se ha librado del acecho de una derrota que también tendría efectos devastadores sobre unas regionales y/o municipales producidas después las presidenciales... Se entiende entonces por qué sigue vigente en el campo revolucionario la inquietud por una eventual "primavera venezolana". Para desalentarla, el gobierno necesitaría anticiparle al país y al mundo un excelente performance en gobernaciones y/o alcaldías. Un objetivo que, como queda claro, no está claramente al alcance de la mano.
Argelia.rios@gmail.com // twitter @argeliarios
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