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1 El problema no es que Lorenzo Mendoza desmienta las ganas de ser candidato presidencial. El problema es que haya quien lo piense, lo proponga y lo sostenga como agenda. Lo pensaron con Gustavo Cisneros. Con Rafael Alfonzo Hernández. Con Miguel Henrique Otero. Con Andrés Mata. Con Marcel Granier. Más que candidatura, importa la vigencia del Grupo Polar. Pues ya no quedan grupos económicos en este país. Es Polar un grupo joven, y al arribar a 70 años (qué paradoja), es el más antiguo de pie, siendo el caso que ni Mendoza, ni Vollmer, ni Domínguez, ni Boulton, ni Tamayo, ni Salvatierra, ni Orinoco, ni Álvarez Stelling, ni Machado-Zuloaga, existen. Sobrevive el Grupo Cisneros, o es solo la figura de Gustavo Cisneros la que sostiene el perfil de la organización.
2 La vigencia de Polar es la garantía de la propiedad privada. Y bien lo dijo su líder en el evento de esta semana: la recuperación del país pasa por el sector privado. No solo la recuperación económica, sino también institucional, sobre la base de principios democráticos y de mercado. ¿Cuánto para el soporte democrático no ha significado la resistencia del Grupo Polar del último año ante la arremetida gubernamental? ¿O cuánta cultura de mercado no ha agregado como valor la red de los Sambil en el país? ¿Cuánto para la democracia el aporte institucional de un Diego Cisneros y Venevisión?
3 Pero están los asesores. Quienes calientan orejas. Quienes por adular, enredan y hasta confunden. Y como además, expresión de una alta ejecutiva empresarial, cada quien tiene su corazoncito, entonces hay quienes se dejan enredar. Pero nadie enredó a Eugenio y a Eduardo Mendoza. Y vean que era innegable el peso del Grupo Mendoza, y la imagen de don Eugenio, y el trabajo de responsabilidad social, comenzando por el Ortopédico Infantil, ejemplo que nadie ha igualado.
4 Que para candidatos, Leopoldo López, María Corina Machado y Henrique Capriles Radonski. Que la esencia familiar de los tres es la tradición empresarial, aunque la vocación política la determina la época que vive el país. Es la primera vez que tantos hijos de apellidos tan diversos, cuyo origen se encuentra en el capital, se ubiquen en posiciones políticas tan adelantadas. Es la respuesta ante la arremetida estatizadora. Es la respuesta ante la ideología autoritaria. Y es la reacción ante la propuesta de desaparecer la propiedad privada.
También es la expresión de una nueva camada de líderes con otra concepción de los partidos, y hasta del poder, frente al signo militar de esta larga coyuntura. Ni Alejandro Hernández ni Pedro Tinoco llegaron tan lejos. Inclusive, Lorenzo Fernández y Carmelo Lauría representaron liderazgos endosados por otros líderes, Caldera, o partidos, AD, respectivamente. En cambio, López, Machado y Capriles han forjado imagen, discurso y liderazgo propios. Lorenzo es el candidato que quisiera Chávez para matar dos pájaros de un tiro.
5 El reto del Grupo Polar es otro, y a la vez el mismo. Trabajar por la democracia, claro, pero desde la trinchera del mercado y la propiedad privada. Forjar la organización de los próximos 70 años, enviándole un mensaje claro al país de que nadie se va, nadie abandona ese buque insignia. Ni mujeres ni hombres. Si se está tan seguro del cambio, fajarse a fondo, por ejemplo, en la promoción de los nuevos emprendedores, en la reconstrucción del gremio empresarial, en el debate de la empresa y del inversionista del futuro, pues ahora hay que partir de otra realidad: la empresa criolla establecida en otros países, y la fortaleza de los miles de millones de dólares en cuentas externas, clave para la recuperación nacional. Y algo imposible de soslayar: la inversión en partidos políticos democráticos, y la recuperación del mercado de capitales, que esto también es democracia, como lo hicieron Mendoza, Vollmer, Boulton, Salvatierra, Álvarez Stelling, Domínguez Tinoco, Machado-Zuloaga y hasta Nelson Rockefeller.
Que todo esto es más barato que decir: Navidad, navidad, Lorenzo... Lorenzo es... el próximo presidente.
6 Por lo pronto, Polar ha roto con un mito: la relación obrero-patronal. Se ha sentado un precedente con el 'uníos' entre patrones y obreros, que han enfrentado el 'fantasma del comunismo' y la expropiación. REGRESAR
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