El populismo otra vez con ventaja

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Elides Rojas
Analitica.com


Varias preguntas. ¿Con qué cuenta Chávez para ganar las elecciones en el 2012? ¿Cuáles son sus misiles principales? ¿Dónde está el eje de su fuerza? ¿Sale como favorito? ¿Tiene la misma fuerza de 1998? ¿Es un demagogo imbatible?

Más allá de encuestas y perspectivas científicas hay un país dividido en dos pedazos. No en chavistas y antichavistas. Esa es justamente la consecuencia. Es lo que ha sabido utilizar mimagnatepresidente para hacerse invencible. A punta de cobas, peroratas, regalos y promesas.

Si de algo sabe Chávez es de cuarteles y pobreza. Esos son sus rasgos vitales fundamentales. De allí emana toda su sabiduría, aderezada con la fórmula dictatorial del criminal del Caribe, Fidel Castro, es la vía expedita y mágica para mantenerse en el poder eternamente si fuera el caso.

La división del país realmente es entre gente que ve en el gobierno al proveedor gratuito, al poderoso regalador. Un gran sector presto a escuchar ofertas por su voto, encantado de que le regalen desde la comida hasta la casita. La misma fórmula de la vieja Acción Democrática, pero llevada al extremo científico de los hermanos Castro. Es decir, más que proveedor, el jefe es amo. Más que regalador, el jefe es el señor de la comarca. Ese es un pedazo de la población grande. Es el mercado electoral natural de un militar, con alma de dictador, como el que la historia le puso a Venezuela para entrar al siglo XXI con la mira en la modernidad y el progreso. Lo malo es que no fue la historia sola la que lo puso, fueron los propios venezolanos los que anotaron este gol histórico.

Del otro lado hay otro montón de gente que para muchos arranca en la llamada clase media y sigue hacia arriba hasta los más altos picos de la sociedad. No parece ser así. No parece ser solamente un problema de casa, carro, escuela y trabajo. Parece ser más un asunto de visión y concepción de la familia, lo grupal y la sociedad. En dos platos. Este sector no cree en militares de pacotilla, regalando techos de zinc, haciendo chistes malos y hablando pistoladas todo el día. Cree en el trabajo y el estudio como fórmula para superarse. Cree en postgrados, en crear oportunidades, en empresas prósperas, en economías competitivas y sanas. Cree en el esfuerzo duro para salir de abajo. Esta Venezuela está en un forcejeo con la otra, la que Chávez persigue y fortalece. La Venezuela atrasada que encuentra en un caudillo de perolitos pegados en el pecho la solución a su vida, y la otra. Ahí está la polarización.

No parece haber tiempo para que en dos años una parte convenza a la otra de qué es lo que más le conviene como nación y como sociedad. Otra vez el antiguo populismo irá con ventaja contra la otra visión.