Daniel Lahoud
El Dólar era el viejo duro español, de una onza. Tomó su nombre del Talero (Taller o Thaler) alemán, por tanto fue la moneda del imperio, que siempre usamos los venezolanos desde que éramos parte de ese gran imperio en 1500 y que incluso la independencia no pudo quebrar, hasta entrado el siglo XX. Cuando Guzmán Blanco configuró el bolívar, hizo que la unidad monetaria fuera el bolívar de oro (que Monagas llamó morocota, que valía $20) es decir una onza de oro, que equivalía a 20 fuertes de plata (de una onza también) equivalente cada fuerte a un dólar de plata. Por tanto, Venezuela siempre estuvo dolarizada. Incluso antes que el dólar fuese la moneda de cambios internacionales. No es extraño que los precios busquen su equivalente y por esa razón cuando el cambio era estable (durante casi toda la existencia de la provincia y 1931, y entre 1934 y 1973), nuestros precios estuvieron bastante estables, aunque mostraban ser caros con respecto al mismo producto en el exterior. Siempre las razones existen, y el motivo de eso era que los impuestos de aduana eran demasiado altos, los que, a su vez, eran elevados, porque el gobierno los requería así, para soportar su gestión financiera. Menos mal que no se les ocurrió en aquel entonces hacer crecer el tamaño del gobierno, porque si así fuera, lo hubiésemos pagado con precios más altos aún. Esa es la razón por la que parecía que el bolívar estaba sobrevaluado, lo estaba para soportar al gran depredador, ese que algunos llaman Estado y que, hay que precisar, es el gobierno. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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