Fausto Masó / El Nacional
Patéticos y lamentables resultan los esfuerzos de Nicolás Maduro por despertar una sonrisa, una señal de tolerancia del presidente Trump, como si la política norteamericana obedeciera a los rasgos personales de los jefes de Estado, la actitud de Washington hubiera brotado exclusivamente de la mala fe de Obama, y bastara con sonreírle a su sucesor para que Estados Unidos apoyase al chavismo. Para no variar, Nicolás se equivoca, intenta enviar un mensaje de esperanza a los venezolanos, convencerlos de que nos aproximamos a una reconciliación con nuestro principal cliente, con el país hacia el que los propios venezolanos emigran masivamente, el lugar que para ellos representa una la meca dorada. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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