Pedro A. Palma / @palmapedroa / El Nacional
La gerencia de empresas en ambientes complejos, caracterizados por alta inflación y controles cambiarios, es una tarea difícil y riesgosa, ya que de no ponerse en práctica determinadas acciones y estrategias, la viabilidad de esas organizaciones podría verse seriamente comprometida y pudieran llegar a la quiebra. En el más reciente foro de Ecoanalítica, Alberto Afiuni hizo una excelente presentación sobre cómo manejar una empresa en situación de alta inflación, y planteó una serie de recomendaciones que me hicieron recordar un trabajo que publiqué en el libro Compromiso social: gerencia para el siglo XXI (Ediciones IESA, 2008), que fue coordinado por el recordado Antonio Francés, trágicamente fallecido poco tiempo antes de publicarse este. En ese trabajo presentaba un conjunto de prácticas gerenciales que se debían implementar en ambientes de controles cambiarios, las cuales coincidían mucho con las recomendaciones de Afiuni. Esa coherencia se debe a que en los muy prolongados controles cambiarios que se han implementado en Venezuela se producen efectos inflacionarios pronunciados, ya que el desproporcionado diferencial de las tasas de cambio oficial y libre que se produce genera presiones alcistas de los precios cada vez más intensas, ya que los dólares preferenciales artificialmente baratos son demandados en demasía, lo que produce una escasez cada vez más crítica de estos, que se agrava por el reforzamiento de las restricciones a su acceso por parte de la autoridad. Esto fuerza a los productores e importadores a depender cada vez más de los dólares que solo pueden ser adquiridos en el mercado paralelo, sea este lícito o no, haciendo que los precios se establezcan con base en los costos esperados de reposición que, a su vez, dependen de la creciente tasa cambiaria libre. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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