Alexander Cambero / Noticiero Digital
Un régimen trastornado se erige en gendarme de nuestro destino, es quien ata a la cordura nacional para postrarla a los pies de la irracionalidad. Hemos vivido dieciocho años envueltos en una estela de un desequilibrio emocional profundo. El gobierno revolucionario disfrazó su manifiesta incapacidad con las dosis de manipulación selectiva propia de los sistemas totalitarios. Todo se basa en los mecanismos propagandísticos que venden grandes mentiras como señuelo de la ilusión, de pronto grandes conglomerados aplastados por el peso de la injusticia social piensan que la revolución es su filosa espada para cobrar venganza. La incalculable fortuna de la República la dilapidaron en tiempo récord, pocos se explican en el mundo cómo Venezuela pasó de tener una proyección de progreso increíble a vivir prácticamente arruinada; con su destino sujetado al imperio chino en una situación de dependencia absoluta.CLIC AQUI para seguir leyendo...
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