Llegué a San Cristóbal, región andina venezolana, el pasado lunes al mediodía. Hasta esa hora no había podido tomarme el acostumbrado cafecito mañanero. Había salido muy temprano a Maiquetía para llegar con suficiente antelación y no perder el avión. Usted, amigo lector, sabe como yo lo complicado que se nos ha convertido el traslado de un lugar a otro en la ciudad capital, así que tomé todas las precauciones posibles.
Nitu Pérez Osuna / NOTICIERO DIGITAL
Luego de registrarme para el vuelo y con el boarding pass en mano, me dispuse a buscar en el aeropuerto una venta de café. Conseguí el “no hay”, peor aún, tampoco encontré agua para beber. En la puerta de entrada y salida del país, no hay ni siquiera el preciado líquido. Bueno, pensé, allá en el Táchira me comeré un rico Pan Andino y me tomaré un buen expresso. CLIC AQUI para seguir leyendo...
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