ORLANDO VIERA-BLANCO | EL UNIVERSAL
Al saber del episodio de la "niñera del excanciller", lo primero que vino a mi mente fue la palabra populismo. Me pregunté por qué este tema de La Nanny insistentemente bizarro, repetidamente desenfadado y desproporcionalmente público, me hizo viajar de inmediato a la lógica clientelar petro elitesca de falsa etiqueta revolucionaria. La respuesta es clave: Me hizo sentir mal. No porque La Nanny se la estaba pasando de madre, sino porque lo hacía a contravía del primer mandamiento revolucionario: ser pobre, porque ser rico es malo. A partir de allí La Nanny-gate ha violado no la Ley Contra la Corrupción (que les resbala), sino la ley de "Cristo-socialista", la de Chávez que estás en los cielos (bis), humilde redentor... CLIC AQUI para seguir leyendo...
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