Fausto Masó / El Nacional
En diciembre votaremos para escoger concejales y alcaldes, pero habrá la oportunidad de propinarle una derrota ejemplar a Nicolás Maduro, lo que movilizaría a millares de personas que si no vieran en las elecciones un plebiscito se abstendrían. Es así de simple. En los momentos que la hegemonía mediática es una realidad, la campaña electoral permite una movilización nacional. En 1931, unas elecciones para escoger concejales provocó el fin de la monarquía española. Venezuela no es ni Suiza ni la España de 1931, pero cuesta poco convertir esas elecciones en un plebiscito. En caso de una victoria abrumadora –algo posible si siguen los apagones, por ejemplo–, la oposición debería administrar su mayoría frente a Maduro, que despierta menos rechazo que su antecesor porque carece de su personalidad vehemente. Lea el Artículo Completo AQUI ...
Toda la información relativa a la política y el acontecer noticioso en Venezuela
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario