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Es necesario eliminar todo vestigio de poder dictatorial. Sustituir a Chávez es un paso fundamental, pero no definitivo
Rafael Díaz Blanco
laverdad.com/notadeopinion
La participación en las elecciones de 2012 sólo puede tener como fin terminar con la dictadura para desmontar el régimen chavista. Por supuesto, de entrada debemos descartar como líderes de este proceso a todos aquellos que creen o han pretendido hacerle creer a la gente, lo cual es mucho más grave, que vivimos en democracia, que simplemente se trata de sustituir un mal Gobierno. No sirven para el objetivo propuesto.
Es necesario tener siempre presente que participaremos de unas elecciones chavistas, propias de esta dictadura post moderna. Hacerlo no será fácil: requerirá adecuada estrategia y candidato idóneo.
Hemos rechazado la estrategia exclusivamente electoral. Participar en las elecciones sin movilización popular, sin promover y liderizar la protesta, sin hacerla orgánica, es un camino que sólo puede llevar a la derrota. Es indispensable que la creciente protesta sea promovida y orientada para convertir en esperanza la salida electoral e imponer al chavismo su desalojo del poder. Para lograr que la mayoría democrática que rechaza al régimen se exprese electoralmente es indispensable que también se manifieste en la calle, ahora, durante y después del día electoral. Sólo con ese respaldo permanente será posible hacer efectiva la victoria del pueblo e iniciar la reconstrucción nacional.
Triunfar electoralmente es importante, pero insuficiente. Es necesario eliminar todo vestigio de poder dictatorial. Sustituir a Chávez es un paso fundamental, pero no definitivo. Los demás poderes públicos y parte importante de la Fuerza Armada Nacional han sido secuestrados y seguirán estándolo algún tiempo. El caudillo seguirá disponiendo de numerosos medios de comunicación social, aliados con inmensas fortunas e incontables recursos derivados de la corrupción y otros ilícitos. La monumental tarea que tenemos impone al candidato de la Venezuela democrática sentar sus bases desde la campaña electoral hablándole claro al país, formando los consensos indispensables, iniciando la necesaria movilización nacional. Requerimos un candidato con clara visión de los problemas del país, profundas convicciones, deslindado absolutamente del régimen, con experiencia y coraje comprobado.
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Es necesario eliminar todo vestigio de poder dictatorial. Sustituir a Chávez es un paso fundamental, pero no definitivo
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Es necesario tener siempre presente que participaremos de unas elecciones chavistas, propias de esta dictadura post moderna. Hacerlo no será fácil: requerirá adecuada estrategia y candidato idóneo.
Hemos rechazado la estrategia exclusivamente electoral. Participar en las elecciones sin movilización popular, sin promover y liderizar la protesta, sin hacerla orgánica, es un camino que sólo puede llevar a la derrota. Es indispensable que la creciente protesta sea promovida y orientada para convertir en esperanza la salida electoral e imponer al chavismo su desalojo del poder. Para lograr que la mayoría democrática que rechaza al régimen se exprese electoralmente es indispensable que también se manifieste en la calle, ahora, durante y después del día electoral. Sólo con ese respaldo permanente será posible hacer efectiva la victoria del pueblo e iniciar la reconstrucción nacional.
Triunfar electoralmente es importante, pero insuficiente. Es necesario eliminar todo vestigio de poder dictatorial. Sustituir a Chávez es un paso fundamental, pero no definitivo. Los demás poderes públicos y parte importante de la Fuerza Armada Nacional han sido secuestrados y seguirán estándolo algún tiempo. El caudillo seguirá disponiendo de numerosos medios de comunicación social, aliados con inmensas fortunas e incontables recursos derivados de la corrupción y otros ilícitos. La monumental tarea que tenemos impone al candidato de la Venezuela democrática sentar sus bases desde la campaña electoral hablándole claro al país, formando los consensos indispensables, iniciando la necesaria movilización nacional. Requerimos un candidato con clara visión de los problemas del país, profundas convicciones, deslindado absolutamente del régimen, con experiencia y coraje comprobado.







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